Godzilla, Mothra, King Ghidorah: Giant Monsters All-out Attack

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Título americano: Godzilla, Mothra, King Ghidorah: Giant monsters all-out attack (Godzilla, Mothra, King Ghidorah: El ataque total de los monstruos gigantes)

Título japonés: Gojira Mosura Kingu Ghidorah – Daikaiju Soukougeki (Godzilla, Mothra, King Ghidorah: El ataque de los monstruos gigantes)

Año: 2001

Duración: 105 minutos

Música: Kow Otani

Director: Shusuke Kaneko

Productor: Hideyuki Honma

Guión: Keiichi Hasegawa, Masahiro Yokotani, Shusuke Kaneko

Intérpretes: Chiharu Niiyama, Ryudo Uzaki, Masahiro Kobayashi, Shiro Sano, Takashi Nishina, Kaho Minami, Shinya Owada, Eisei Amamoto

Monstruos: Godzilla, Mothra, King Ghidorah, Baragon

Argumento: Desde que Godzilla destruyó la ciudad de Tokio en 1954, el monstruo gigante nunca ha vuelto a aparecer. Pero ahora se descubre que se acerca de nuevo a Japón. Esta enorme criatura no se puede derrotar con armas, sólo puede ser detenido por tres monstruos de la antigüedad: Mothra Baragon y King Ghidorah, los guardianes sagrados de Japón.

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“¿Qué monstruo terminará con vida…?”

UNA NUEVA ESPERANZA PARA TOHO 

gmk_bbDesde 1995, si a cualquier seguidor de las kaiju eiga se le hubiese preguntado qué director sería su elección ideal para una película de Godzilla, su respuesta habría sido con toda seguridad Shusuke Kaneko. El joven realizador japonés, que comenzó en el mundo del cine desde lo más bajo (ayudante en películas semi-porno de la productora Nikkatsu), había demostrado su gran capacidad para fascinar e innovar desde sus inicios como director, y había confirmado su talento con la nueva trilogía de Gamera para Daiei. Si bien las dos primeras entregas de la tortuga gigante son brillantes y espectaculares, fue con Gamera 3: Revenge of Iris donde imprimió al género una renovada fortaleza y madurez no vista posiblemente desde Japón bajo el terror del monstruo, además de alcanzar un nivel técnico que aun no ha sido superado en japón con ninguna otra producción posterior. Kaneko siempre había declarado que su sueño como director era encargarse de la dirección de una película de Godzilla desde que era niño, pues siempre se ha considerado un ferviente seguidor del género y admirador del susodicho monstruo. Si bien no era lo mismo, una oportunidad parecida se le había ofrecido con Gamera, el guardián del universo, y aun habiendo impresionado a toda la comunidad cinematográfica japonesa, el estreno había coincidido con la finalización de la saga de Godzilla por parte de Toho con la interesante Godzilla versus Destoroyah. Una nueva esperanza se abrió cuatro años más tarde cuando Toho decidió revivir la saga de su monstruo estrella con Godzilla 2000 Millenium, si bien Toho no parecía demostrar interés en dar nuevos aires a la serie, con lo que la elección de Kaneko parecía improbable como mínimo. Además, el director es conocido por hacer ‘muy suyas’ sus películas, controlando y decidiendo hasta el último detalle, y los señores de Toho vigilan y limitan las producciones de Godzilla como oro en paño, otra razón más para seleccionar a otro realizador más “sumiso”. Tras el fracaso al año próximo con Godzilla X Megaguirus, la prestigiosa compañía japonesa se agarró a lo que los fans tantas veces habían deseado, seleccionaron a Shusuke Kaneko para que se encargara de la película número 25 de Godzilla (si no contamos al bodrio americano, claro). Tras muchos rumores y noticias (que recuerdo haber seguido con gran ilusión y expectación), la información fue confirmada públicamente por Toho, y el trabajo que iba a desembocar en Godzilla, Mothra, King Ghidorah: Daikaiju Soukougeki (apodada GMK por los seguidores) comenzó. Si hasta el mismo título parece un homenaje a los filmes clásicos de la saga, era de esperar que la película sería como mínimo una digna sucesora de aquellas y, conociendo a Kaneko, una sucesión de guiños y cumplidos a los técnicos y creadores que, durante 50 años, han estado plasmando en la pantalla la creación de Eiji Tsuburaya. Pero ya hablaremos de eso más tarde. En un primer momento, Toho habló de la posibilidad de estrenar la película en Marzo de 2002, lo que suponían tres meses más de tiempo respecto a lo normal en una kaiju eiga. Desgraciadamente, meses más tarde se confirmó la fecha de estreno para el 15 de Diciembre de 2001 con un pre-estreno especial en el Festival de Tokio el 3 de Noviembre. Esto provocó un acelerón en el proceso de rodaje que hizo que el resultado final se resintiera, provocando un resultado no tan acabado como seguramente Kaneko hubiese querido. Inexplicablemente el director se desprendió de sus dos colaboradores habituales en la saga de Gamera, el guionista Kazunori Ito y el director de efectos visuales Shinji Higuchi (un auténtico genio en mi opinión, capaz de simular super-producciones con un presupuesto ínfimo). Así, él mismo escribió el guión, ayudado por Keiichi Hasegawa y Masahiro Yokotani, una historia mística y fantástica que de nuevo sólo tomaba como punto de partida a Japón bajo el terror del monstruo, muy propia de Kaneko, libre de elementos de ciencia-ficción, con protagonista femenino y una seriedad pocas veces vista en la saga.

gmk_b31El título era Godzilla, Anguirus, Varan: Daikaiju Soukougeki lo que, tal y como queda patente en el título, conllevaba la aparición de dos monstruos olvidados desde la serie clásica, además del no mencionado Baragon. Toho aceptó el guión de Kaneko, que cambiaba el origen de todos los monstruos, incluyendo Godzilla, con la condición de que sustituyera a Anguirus y Varan por dos criaturas más famosas y ‘lucrativas’, léase Mothra y King Ghidorah. Evidentemente, esto se refleja en el resultado final, y los dos monstruos parecen un poco ‘fuera de lugar’. Al menos se le permitió mantener a Baragon, para regocijo de los seguidores. Para la dirección de efectos visuales se seleccionó a un jovencísimo ayudante de Koichi Kawakita en la serie de Heisei, Makoto Kamiya, en la que iba a ser la primera demostración de su talento como director de efectos, una tarea de suma responsabilidad, pues todos los fans esperaban un despliegue al nivel (o superior) de Gamera 3: Revenge of Iris, que se había convertido en el punto de referencia en lo referente a efectos visuales en las kaiju eiga.  Siguiendo las precisas instrucciones de Kaneko, Fuyuki Shinada y Takuya Yamabe construyeron los cuatro trajes para los monstruos protagonistas de GMK, y pronto se demostró que Kaneko no se iba a alejar de los clásicos tanto como muchos habían temido. Godzilla era un regreso al agresivo aspecto de Japón bajo el terror del monstruo, con una corpulencia inédita en él, mucha más expresividad (aunque a duras penas queda patente en el resultado que se ve en pantalla) y unos escalofriantes ojos blancos que denotan una cierta sinrazón. Mothra es el que más se aleja de su homónimo de 1964, pues en este caso la mariposa tiene por primera vez patas de insecto, su cuerpo carece de pelo y el aspecto general es mucho más esbelto, eso sin contar un curioso aguijón y que se iba a utilizar el ordenador para muchas escenas de vuelo. La versión gusano de la mariposa tan sólo aparece en un brevísimo plano en toda la película, y su aspecto no ha cambiado respecto al que todos conocemos de anteriores filmes. King Ghidorah es exacto al original, con un color plateado más realista (si bien falto de detalle en las cabezas) y escenas de vuelo más espectaculares. Para alegría de los seguidores (entre los que me cuento), Kaneko decidió retornar al dragón de tres cabezas su rugido clásico, ligeramente modificado pero inequívocamente ‘retro’, e hizo lo mismo para los otros monstruos. Y no nos olvidemos de Baragon, muy fiel a su primera aparición (y única, sin contar su ‘cameo’ en Invasión extraterrestre) en Franquenstein conquers the world, aunque en pantalla resulta sin duda el peor resuelto, de aspecto sumamente artificial. Finalmente, Kaneko contrató a otro de sus colaboradores habituales, el compositor musical Kow Otani, para que se encargara de la banda sonora. Otani declaró en una entrevista que no quería que su música recordara a su excepcional trabajo en la trilogía de Gamera, y tenía muchas nuevas ideas en mente. Cuando en la página web oficial de Shusuke Kaneko se confirmó que Otani iba a utilizar ritmos electrónicos y sintetizadores, una expresión de escepticismo se clavó en mi cara… ¿podría superarse a sí mismo con algo que parecía no ser lo más adecuado para una película de Godzilla? La respuesta fue, tristemente, no, y ya veremos el porqué. Y finalmente, aunque no por menos importante, debo reseñar a los actores protagonistas, casi todos ellos novatos en el género. La hermosísima Chiharu Niiyama y el imponente Ryudo Uzaki iban a soportar el peso artístico principal, y entre los secundarios podíamos hallar a dos veteranos: el cómico Yukujiro Hotaro (que interpretó al temeroso detective Osako en la trilogía de Gamera, y está considerado como uno de los mejores actores contemporáneos de japón) y Eisei Amamoto, conocido por sus muchas apariciones en kaiju eiga clásicas, si bien yo lo recuerdo especialmente por su brillante encarnación del malvado Doctor Who en la divertida King Kong se escapa. Como es habitual en Kaneko, vemos muchos ‘cameos’ breves de sus colaboradores habituales, incluyendo a la joven Ai Maeda, protagonista de Gamera 3: Revenge of Iris. Así, la orquesta estaba a punto, los instrumentos afinados y el director con la batuta… ahora sólo faltaba escuchar el resultado. Con una agenda tan apretada y la obsesión de Kaneko por el perfeccionismo y los detalles, cuando llegó el esperado 3 de Noviembre y su pre-estreno en el Festival de Tokio, tan sólo se pudo proyectar una versión sin terminar, a la que le faltaban por finalizar tres planos de efectos especiales, algunos pulidos y una re-mezcla de la banda sonora y los efectos de audio (aunque Toho tuvo el detalle de proyectarla con subtítulos en inglés, algo que no parece convencerles para sus lanzamientos en Dvd). Aun así, la brillantez del resultado final se dejó ver de una manera esplendorosa con la positiva reacción de los afortunados asistentes a la proyección, que había sido precedida de un enorme interés y una rueda de prensa a la que asistieron los protagonistas y un orgulloso y emocionado Kaneko, que estaba a punto de hacer realidad un sueño: el de mostrar al mundo por vez primera su propia visión del monstruo que le fascinaba. Aun recuerdo la expectación y las horas de espera delante del ordenador, que compartí con muchísimos seguidores, todos a la espera de noticias de esta proyección, con la esperanza de saber si todos los meses de espera habían dado fruto en lo que deseábamos: la película definitiva de Godzilla que sólo Kaneko iba a ser capaz de realizar. Evidentemente, iba a ser muy difícil que GMK colmara las expectativas de la mayoría de seguidores, que habíamos casi ‘idealizado’ a esta película, aunque yo me conformaba con menos que los demás y traté de no nublarme con falsas esperanzas de una grandeza imposible de conseguir. No fue una sorpresa que las críticas fueran tremendamente positivas y el resultado en taquilla, legado el 15 de Diciembre, fuera muy superior al de las dos anteriores producciones del gran G (aunque muy inferiores a lo esperado por Toho, que volvió a unir las proyecciones con cortometrajes de Hamutaro, el hámster animado de rabioso éxito por aquellos lares, lo que por lo menos aseguraba un cierto éxito). Al menos el moderado éxito renovó las apagadas ganas de Toho por seguir con la serie, y este año se estrenará Godzilla X Mechagodzilla, película que personalmente me parece un paso atrás en la progresiva madurez del personaje, si bien prefiero esperarme a ver el resultado final antes de aventurarme a una opinión definitiva. Como ya me sucedió con las dos anteriores películas de la saga, he tardado casi un año en poder visionar GMK, pues un estreno español es poco menos que imposible, y visionar horribles copias piratas grabadas con cámara en un cine no es mi definición de ‘disfrute’ a la hora de ver un film que espero con tanta ilusión como he esperado éste. Así, he tenido que aguardar hasta el lanzamiento en Dvd chino, pues si bien hace un mes que tenía la versión en Dvd japonesa, ésta no dispone de subtítulos en inglés, mientras que el Dvd de la compañía china Universe Laser sí los incluye, así que hasta que me ha llegado ésta el 17 de Octubre de 2002 no he querido visionar la esperadísima GMK. ¿Ha merecido la pena tanta espera? Definitivamente, SÍ. Aunque, al contrario de lo que muchos esperaban, no es la película perfecta de Godzilla, no se aleja demasiado de esa definición, y Kaneko nos muestra un espectáculo nunca antes visto en la saga. Aunque me sigue pareciendo bastante por debajo de Gamera 3: Revenge of Iris (tanto técnicamente como artísiticamente) e incluso por debajo de Godzilla contra los monstruos, no puedo evitar estremecerme ante la brillantez de GMK, que demuestra de nuevo la madurez como director de Shusuke Kaneko. Aunque haya ciertos elementos discutibles, como algunos planos de efectos visuales un poco pobres, el intento de explicar demasiadas cosas en muy poco tiempo (lo que redunda en la poca exploración de los personajes) y un humor que me parece fuera de lugar en demasiadas ocasiones, tengo que reconocer que Godzilla, Mothra, King Ghidorah: Giant Monsters All-Out Attack es posiblemente la mejor película de la serie desde 1964 y nos da una nueva lección de qué significa Godzilla y la manera de plasmarlo en imágenes fascinantes.

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FASCINANTE E INACABADA

Las muchas sub-historias que Kaneko trata de explicar durante los 105 minutos que dura GMK se superponen apresuradamente y aun siendo fascinantes, terminan por confundir al espectador, que acaba por deducir demasiados detalles y no recibe las suficientes explicaciones para atar todos los cabos. Evidentemente, en un guión tan lleno de magia y misticismo, no hay cabida para explicaciones detalladas y científicas, pero hay muchísimos elementos que terminan siendo demasiado ‘oscuros’ para ser entendidos con facilidad. Unos cuantos ejemplos que se me ocurren ahora mismo. Nadie parece interesado en preguntarle al profeta Isayama bajo qué circunstancias escribió su libro y porqué. Además, cómo el mencionado libro llega a manos del ayudante de Yuri también se deja al azar. ¿Qué son exactamente aquellas tres barras que desaparecen en el bosque cuando el trío protagonista encuentra la piedra mágica? Supuestamente la piedra contiene un alma, ¿pero de quién y en qué circunstancias terminó en la piedra? ¿Por qué los monstruos despiertan de uno en uno? Si estaban destinados a despertar a la vez (cosa que sería lo más lógico pues es evidente que por separado no son rival para Godzilla), ¿por qué Ghidorah solo despierta tras la muerte de Baragon? También es difícil de creer que la gente confunda con tanta facilidad a Baragon con Godzilla, pues ya solo con la diferencia de tamaño bastaría para diferenciarlos. ¿Por qué el espíritu de Mothra hace renacer a Ghidorah y lo convierte en King Ghidorah? ¿Por qué no es el espíritu de Baragon el que provoca ese efecto? ¿Por qué la piedra hace despertar a Ghidorah en el fondo del mar? ¿Cómo es que el Satsuma aguanta tanto…? Esas son algunas de las preguntas que me pasan por la cabeza en estos momentos. Algunas de ellas (y muchas otras) se pueden responder agarrándonos al manido ‘es magia’, pero para mí no es suficiente. Gamera 3: Revenge of Iris nos planteaba una historia también llena de elementos místicos y sin explicación, pero no dejaba tantos cabos sueltos. Y si a eso le añadimos la extraña manía de hacer re-nacer a los monstruos con poderes inexplicados cuando resulta necesario (Ghidorah muere y revive DOS veces), parece que el guión necesita 60 minutos más de metraje para extenderse adecuadamente. Evidentemente, a los señores de Toho les comenzarían a temblar las piernas con el solo pensamiento de una película de Godzilla de más de dos horas de duración (la cobardía del cine actual que solo basa su atrevimiento en el dinero), así que GMK nos explica una historia compleja y asombrosa, pero limitada por una duración poco adecuada.

No solo ahí encontramos elementos problemáticos, pues si 105 minutos no son suficientes para explicar la historia en toda su extensión, no digamos ya para explorar adecuadamente a los personajes que se nos presentan, en mi opinión demasiados. Aunque son, sin duda, los personajes más interesantes en una kaiju eiga desde hace años (en especial Isayama, el profeta), al final del film nos damos cuenta de que lo único que sabemos sobre ellos es su profesión. Sí, hay algunas secuencias que nos detallan un poco su vida privada (algo que se agradece MUCHO), pero ahí se termina todo y sus relaciones inter-personales terminan  sin especificarse. ¿Está celoso el compañero de Yuri en BS Digital Q del amigo que la devuelve borracha a su casa aquella noche? ¿Y este otro personaje, es solo una relación de amistad,  es algo profesional o sencillamente está enamorado de ella? Nos quedamos todos ‘a dos velas’. Y ya no digamos los militares, de los que ni siquiera llegamos a saber su rango (excepto el protagonista, claro) y la oficial femenina que termina llorando de alegría tras recibir las nuevas del almirante en los últimos momentos del film es un misterio: ¿quién es y cuál es su relación con Tachibana?

gmk_aAl menos, lo que nos queda en pantalla es tan interesante que hace perdonar al resto de problemas que acabo de comentar. El personaje del profeta Isayama es uno de los más sorprendentes en la historia del género y la revelación final de que es un fantasma, un muerto viviente, resulta sobrecogedora y muy afín al carácter del personaje y al desarrollo de su personalidad a lo largo del film. Los personajes ya no son meros espectadores de las batallas entre los kaiju (ejem, ejem, ¿no sucedía eso en la serie de Heisei…?), y terminan arriesgando sus vidas en medio del combate final para salvar el mundo. Y ya que hablamos del tema, aunque la parte final del film desafía mi credibilidad en más de una ocasión (la invencibilidad del Satsuma, la facilidad con la que Godzilla muere después de no ser rival para tres monstruos gigantes, la fuerza del ayudante de Yuri al agarrarla al vuelo en su caída desde el puente…), es una frenética sucesión de secuencias espectaculares que deja sin respiro al espectador como nunca antes se había visto en una kaiju eiga, tan solo comparable al nivel de Gamera 3: Revenge of Iris. Los momentos con la protagonista persiguiendo a Godzilla con su bicicleta cámara en mano son tan cómicos que resultan especialmente efectivos, sobretodo entre toda la avanzada tecnología armamentística que se utiliza al mismo tiempo en esos momentos del film, y los sobrecogedores enfrentamientos entre las bestias gigantes. Pasando a ese tema, los combates entre los monstruos son realistas y estremecedores, siendo el más flojo en mi opinión el encuentro entre Godzilla y Baragon al comienzo del film. Es curioso, pues parezco en desacuerdo con todos los fans que alaban a esta secuencia como la más excitante de todo GMK, si bien a mí me parece bastante sosa (los monstruos solo se muerden el uno al otro) y bastante descuidada técnicamente, todo parecen maquetas coloristas y los puntos de vista escogidos son muy desafortunados, sobretodo los planos aéreos desde el helicóptero, que no hacen más que revelar la naturaleza artificial de los decorados. Incluso en esta secuencia Kaneko se permite el lujo de involucrar a los protagonistas, que quedan atrapados en las ruinas de un edificio destruido durante el combate entre las bestias. Sin duda, personalmente, creo que la mejor secuencia es la espectacular batalla entre Godzilla y Mothra en la ciudad, aumentada en escala con planos generados por ordenador y un dinamismo en el insecto gigante que no se había visto desde Godzilla contra los monstruos. Para mi sorpresa, la Mothra generada por ordenador resulta muy convincente en la pantalla, y aunque se mueve de una manera claramente distinta a su versión en marioneta, los breves momentos en los que aparece, incluyendo su nacimiento del huevo, me parecen magníficos. Aun recuerdo las largas conversaciones entre los fans antes del estreno del film, cuando vimos el aguijón en las fotos de la marioneta, todos nos preguntábamos si se iba a utilizar como arma o tan sólo era un detalle más en su renovado diseño. Pues bien, la mariposa tan solo llega a utilizarlo en un corto plano que, en mi opinión, podría haber sido eliminado con facilidad. Y qué decir de King Ghidorah, su nacimiento es brillante, y sus combates con Godzilla, aun terriblemente limitado en sus movimientos debido a su falta de agilidad, son excelentes. Lo que no me termina de convencer es que, después de un terrible combate con el gran G, en el que ambos han luchado ferozmente y sin descanso, sea un solo misil del Satsuma el que acaba terminando con el monstruo. Sí, desde luego el momento es una auténtica sorpresa que además denota la retorcida inteligencia del nuevo Godzilla, pero sigo pensado que este detalle junto con la muerte de Godzilla demuestran una falta de equilibrio a la hora de establecer quién es más poderoso. La muerte de Godzilla es una curiosa sorpresa, pues nunca se había acabado con el monstruo de un modo ni siquiera similar, y el plano en el que su rayo radioactivo le surge del pecho me parece uno de los mejores momentos de toda la saga. Por desgracia, después de ver todos los combates que el monstruo ha ganado, todos los enemigos que ha vencido a lo largo de la película, no puedo evitar pensar que ha sido demasiado fácil acabar con él. ¿Mothra y King Ghidorah, luchando codo a codo contra el gran G NO han podido vencerlo, y Tachibana lo consigue de esa manera tan sencilla? Lo siento, señores de Toho, pero no me lo creo. ¡Pero atención! En el último plano se nos desvela que no ha muerto, en la más clásica y patética tradición de los filmes de la serie Viernes 13. Me sobra totalmente ese momento, lo eliminaría de la película y no comprendo cuál es su sentido. ¿Establecer la invencibilidad de Godzilla? Eso se puede plasmar en la pantalla sin la necesidad de secuencias baratas como esta. Por cierto, el eslogan publicitario del filme “¿Qué monstruo terminará con vida…?” resultó ser una trampa que escondía la sorpresa del final de la película: no sobrevive ningún monstruo (si obviamos el corazón de Godzilla, claro).

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Pasando a los mejores momentos con los protagonistas humanos, me es difícil decidir, pues todo mantiene un nivel más que correcto pero sin indagar mucho en las vidas de los personajes, como “manteniendo las distancias” entre ellos y el espectador. Las primeras apariciones de Isayama son geniales, incluso mejoradas con los adecuados temas musicales de Otani, y la breve secuencia en la casa de Yuri junto a su padre me parece casi perfecta, sólo echo de menos más momentos como ese. Ya digo, el nivel ‘humano’ del film me parece muy homogéneo, casi sin nada que destacar, por fortuna o por desgracia. Y digo esto porque cuando destaca lo negativo de los personajes humanos, como podría pasar en Gorgo y Superman se citan en Tokio, la función se nos viene abajo por completo, porque aunque a muchos les cueste aceptarlo, son las aventuras ‘humanas’ las que hacen avanzar el ritmo del film, y su ausencia convertiría la película en un episodio de una serie de dibujos animados. En cambio, cuando esos personajes brillan en la pantalla y se nos plantean claramente sus sentimientos y motivaciones, como sucede en la insuperable Gamera 3: Revenge of Iris, uno siente que los monstruos juegan un papel secundario y todo gana en complejidad, lo que aumenta más aun la perfección cuando aparecen los monstruos, haciendo que el espectador disfrute con estas criaturas al mismo tiempo que se preocupa por los personajes humanos. Es ese equilibrio el que hay que buscar, sin excederse en ningún aspecto. GMK se mantiene entre ambas, y sigo diciendo que en este tema (y en casi todos por desgracia), está muy por debajo de la tercera entrega de la tortuga gigante.

Si bien Kaneko siempre ha sido amante de los pequeños detalles que solo quedan patentes tras varios visionados, esta manía suya alcanza un nivel increíble en GMK. Ya podíamos ver decenas de pequeños ‘guiños’ al espectador en la trilogía de Gamera y en su genial Crossfire, como la aparición en ésta última de Ayako Fujitani y Norman England, veamos algunos ejemplos de detallismo milimétrico en esta película de Godzilla:

  • Un grupo de jóvenes está jugando a ping-pong en una casa que termina destruida, aplastada por la enorme garra del gran G en una noche de lluvia (un claro homenaje al ataque de la isla de Odo en Japón bajo el terror del monstruo). Uno de los jóvenes comenta que el lugar que fue atacado por primera vez por Godzilla en 1954 no está lejos de allí, y se nos muestra que en una pared de la casa hay fotos colgadas del poblado de Odo y del doctor Yamane examinando las huellas y el Trilobite, genial. Más adelante en la película, vemos un rápido plano de una joven totalmente fuera de sí en una camilla en el interior de un hospital. El ojo observador del espectador podrá ver claramente que se trata de uno de los jóvenes que jugaba a ping-pong en la casa. Mucho más tarde en la película, cuando Godzilla sale del muelle y penetra en la ciudad, vemos una habitación del hospital en el que la misma joven lesionada, grita y se encoge histérica por no poder moverse de su cama mientras el monstruo destruye el edificio con su cola. Kaneko crea una pequeña sub-historia en tres breves momentos que podrían pasar claramente desapercibidos.
  • Antes de la llegada de Godzilla a Tokio, mientras los soldados desfilan por las calles de la ciudad, Yuri entra en una tienda de bicicletas justo cuando el encargado está cerrando. Éste le comenta que no le queda ninguna con cesta, pero a ella no parece importarle este hecho y compra igualmente uno de sus velocípedos. Ahora pasamos al final del film, cuando la joven y su ayudante están en el puente sobre el muelle y ella hace un apasionado discurso a través de la cámara de BS Digital Q. Vemos varios planos de reacciones, y uno de ellos es el del encargado de la tienda de bicicletas, lo que confirma que ha sobrevivido al ataque de los monstruos y se encuentra sano y salvo.
  • Cuando Baragon aparece por primera vez, en uno de los planos del interior del cuartel de la policía vemos sobre una mesa el sombrero del profeta Isayama, que se encuentra en una celda que acaba destruida por las garras del monstruo rojo. En cambio, momentos más adelante vemos al profeta sano y salvo (y con su sombrero) en la cueva de Ghidorah, lo que ya nos puede dar pistas del origen real del personaje.
  • Muy al comienzo de la película, justo después del combate entre Godzilla y Baragon, vemos a una herida Yuri en un pasillo del hospital que se sienta junto a un solitario niño. El joven le comenta a la periodista que no ha encontrado a sus padres después del ataque de los monstruos, y se alegra al ver que ella pertenece al canal BS Digital Q, y le confiesa que ve su programa. Más de una hora más tarde, en uno de los planos de reacciones durante el entusiasta discurso final de Yuri en el puente, vemos al niño con sus padres viendo la televisión. Parece que al final el joven encontró a su familia. De nuevo Kaneko ha explicado una pequeña sub-historia en dos brevísimos momentos.

Todo esto que he comentado son sólo algunos ejemplos, supongo que ha quedado claro a lo que me refiero, y GMK está llena de estos pequeños elementos que hacen de Kaneko un verdadero maestro a la hora de narrar sus historias. Animo a los espectadores a fijarse en estos detalles las próximas veces que visionen la película, es un ejercicio muy divertido y reconfortante, además de añadir elementos nuevos e interesantes que hacen que volver a ver GMK sea una experiencia un poco distinta cada vez.

gmk_aaEvidentemente, aun con todos los problemas que he comentado antes, GMK es brillante y destaca como una piedra preciosa entre todas las películas de Godzilla de los últimos 20 años. ¿Podría haber sido mejor? Mucho. Pero también podría haber sido terriblemente peor, como nos demostró en 1994 Godzilla versus Space Godzilla. Si Kaneko hubiese dispuesto de más libertad, más presupuesto y sobretodo más tiempo, estoy seguro que se habrían podido pulir muchos de los detalles que no terminan de convencerme. En sus últimas entrevistas, el director siempre lamenta no haber tenido más tiempo para hacer que su película se pareciera más a lo que tenía en mente. Lo dicho, una pena. Así que, si GMK es una piedra preciosa, está sin terminar de pulir. Tiene todo el color y la transparencia del mejor diamante, pero en su superficie aun quedan impurezas por eliminar. Quién sabe, quizá ese virtuoso llamado Shusuke Kaneko vuelva a tener en un futuro la oportunidad de demostrarnos porqué es el mejor director de Kaiju eiga desde Ishiro Honda, y nos vuelva a sorprender con un film incluso mejor que el que tenemos entre manos, si es que se le deja disponer de lo que le ha faltado esta vez. No sé porqué, pero pienso que esa oportunidad se le brindará en un futuro más cercano del que creemos.

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HUMOR FUERA DE LUGAR

Siempre he dicho que hasta en la historia más seria hay cabida para el humor. El problema estriba en saber equilibrar ese humor para que no destaque en la historia, y me temo que eso es algo que Kaneko no ha sabido conseguir en GMK, por desgracia. Recuerdo claramente que las apariciones del detective Osako en Gamera, el guardián del universo la primera vez que la vi me parecieron excesivamente cómicas, pero no desentonaban del todo pues permanecían completamente aisladas de los momentos de destrucción, momentos que por otro lado tampoco alcanzaban el dramatismo de los de GMK. Pero claro, aquí los momentos de humor están claramente atados a secuencias de muerte y destrucción muy serias, lo que está terriblemente fuera de lugar en mi opinión y por momentos roza el mal gusto. Godzilla aparece por primera vez cerca de la isla de Odo durante una noche de tormenta, el suelo comienza a temblar por sus terribles pisadas y se nos muestra a un personaje orinando que trata de acertar en el retrete. Evidentemente, el personaje muere breves instantes después aplastado por la enorme garra del gran G. ¿A qué ha venido entonces el elemento cómico del personaje en el lavabo? ¿Tengo que reírme o entristecerme por su muerte? Es una secuencia tratada con frivolidad que me parece poco adecuada. Godzilla aparece en el muelle elevando por los aires una embarcación, momento que viene acompañado por un plano de reacción un tanto cómico por parte de unos pesqueros, y por la caída del barco hacia la cámara en un primer plano terriblemente fuera de lugar. ¿Es un intento de añadir comicidad? ¿Para qué la necesito cuando un monstruo de 100 metros está a punto de destruir la ciudad y los que están en el barco van a morir sin duda? El monstruo penetra en la urbe y un hombre chilla a través de un megáfono en el interior de un mercado “¡Godzilla se acerca!”. Una mujer grita “¡¿Godzilla?! ¡¿Y qué?!”, para luego verla salir del comercio gritando histéricamente. Esta secuencia supuestamente sirve para demostrar que la gente ha olvidado el horror de Godzilla 50 años después (tal y como todo el mundo llama a Baragon ‘el Godzilla rojo’), el problema es que está llevada a cabo de manera poco conveniente. Aunque podría comentar demasiados momentos como estos, finalizo con el que es, para mí, el peor momento de todo el film. Los soldados desfilan por el interior de Tokio en dirección a lo que está a punto de convertirse en un campo de batalla para los monstruos, y en las aceras todo el mundo corre para evacuar la zona. De repente, de entre la multitud aparece una pareja de jóvenes estúpidos; él chilla con jolgorio“¡Ánimo, soldados!”, seguido por ella “¡Eh, que os está dando ánimos!”. ¡¿Se puede saber a qué viene este momento aquí?! Quizá la intención de Kaneko era mostrarnos que en ese momento hay gente que no se está tomando en serio lo que sucede, pero es que una secuencia así es terriblemente contraproducente, ¡porque entonces somos nosotros, los espectadores, los que dejamos de tomárnosla en serio! No sé si me he explicado. En su mayoría, los realizadores japoneses imprimen en sus obras muchos puntos cómicos que por lo general no afectan al flujo narrativo de la historia. Kaneko no ha sabido conseguir esto en mi humilde opinión, con lo que ciertos momentos deberían haber sido eliminados del montaje final en lo que conforman, para mí, el peor elemento de todo el film.

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EFECTOS VISUALES DESEQUILIBRADOS

Hablar de los efectos visuales de GMK nos lleva a inevitables comparaciones entre ésta y Gamera 3: Revenge of Iris. ¿Y por qué? Pues sencillamente porque ambas son las kaiju eiga más espectaculares de la historia del género, y en sus respectivas series son el punto de referencia en calidad de efectos especiales. Pero claro, hay que mirar ambas películas en su perspectiva adecuada: G3 se gestó durante un período de casi dos años con total libertad por parte de Daiei y con el director de efectos visuales Shinji Higuchi, un auténtico genio con muchísima experiencia. En cambio, GMK se realizó apresuradamente en sólo un año bajo el estricto control (tanto creativo como monetario) de Toho, y con la supervisión de efectos visuales en manos del novel Makoto Kamiya. Lo triste del tema es que, aun doblando en presupuesto a G3, el resultado técnico final de GMK no le llega ni a la suela del zapato a la anterior. Esto no significa que los efectos visuales de GMK sean malos, al contrario, es sin duda la película de Godzilla con el mejor apartado técnico de toda la serie. El problema es que al compararlos con G3, palidecen de vergüenza. Por ejemplo, la batalla entre Mothra y Godzilla en la ciudad al final del film es genial, muy bien resulta en todos los aspectos, con la sucesión de planos perfectamente estructurada y un dinamismo espectacular. Ahora cojamos la batalla aérea entre Gamera e Iris sobre las nubes del tifón de Kyoto… es que sencillamente no hay palabras, ésta última secuencia es IMPECABLE, espectacular, vibrante y sin parangón alguno en ninguna otra kaiju eiga. Otro ejemplo sería el combate entre King Ghidorah y Godzilla, aun siendo ligeramente más pobre que el mencionado con Mothra, sigue siendo más que correcto, con el uso continuo de planos bajos, efectos atmosféricos y cuidados movimientos de cámara. Ahora cojamos el combate final entre Gamera e Iris delante de la estación de trenes de Kyoto… otra vez, una escena INTACHABLE, sencillamente perfecta, con momentos de absoluto dramatismo que no creo ver repetidos nunca jamás en otra kaiju eiga. Podría seguir así escena a escena y en todas ganaría G3 de lejos. Aunque hubo muchas discusiones al respecto entre los fans en los foros de Internet, el resultado final canta por sí mismo: GMK no es rival para G3. Y esto es lo que da rabia; que los señores de Toho no hayan tenido la consideración de dar a su monstruo estrella el presupuesto y tiempo necesario para igualar o superar a su competencia, es muy triste. Así, lo que nos queda en GMK es espectacular pero no perfecto. Las maquetas son extraordinarias, la iluminación es la adecuada y el uso de la cámara es más que correcto, pero nunca llega a la perfección de G3. La primera aparición de Godzilla es impactante (aunque tristemente copiada del aborrecible Godzilla americano y llena de ese humor fuera de lugar que Kaneko no parece saber controlar), y los planos están muy bien conseguidos. Su paso por la ciudad es dramático, con algunos momentos verdaderamente brillantes (el hongo atómico visto desde el colegio), momentos que se nos vienen abajo en cuanto vemos a Baragon. El monstruo parece de goma, tiene un color demasiado chillón, muy poca movilidad y lo que es peor, casi siempre aparece en planos muy desafortunados. Con esto quiero decir que su batalla con Godzilla en la montaña está plagada de momentos rodados a ‘escala humana’ que solo revelan el verdadero tamaño de los tipos disfrazados. Las maquetas de los helicópteros y su movimiento podría mejorarse, la iluminación no termina de convencer y los esporádicos efectos atmosféricos no ayudan a hacer más críeble lo que vemos. ¿Se han cargado una montaña y lo que queda es tierra? ¿No hay una nube de polvo salvajemente movida por el viento? ¿No hay nubes de pájaros que escapan de los bosques? Son pequeños detalles que harían más realista la escena. Los planos aéreos son muy malos, y hay muy pocos matte-shots que establezcan que hay gente cerca del combate. No sé, siempre digo que es la peor escena con monstruos de toda la película y me recuerda a algunos momentos de la serie de Heisei (salvando las diferencias, por supuesto). Quizá el uso del ordenador, utilizado inteligentemente, habría podido terminar de perfilar esta secuencia. Pero claro, el limitado presupuesto de Toho y su aun incipiente habilidad con las imágenes infográficas tiene el gran peligro de conseguir resultados no del todo adecuados. Por ejemplo, en algunos de los planos en los que King Ghidorah vuela, el monstruo está generado por ordenador con resultados más que correctos; pero cuando revive tras la muerte de Mothra posiblemente nos encontramos ante el plano computerizado más artificial de todo el film. Aunque disimulado con una luz amarilla fantasmagórica, es evidente que el modelo de Ghidorah está demasiado falto de detalle y su movimiento difiere demasiado al creado por suitmation. Pero todo esto no son más que momentos puntuales, los efectos visuales de GMK son, por lo general, brillantes y espectaculares, sin la más mínima duda. La iluminación, la posición de la cámara, los trajes de los monstruos, sus movimientos, el añadido de ruinas en la post-producción, los efectos atmosféricos, las coreografías, los monstruos elegidos que literalmente llenan la pantalla… indudablemente brillante, aunque mejorable, por desgracia. Bueno, creo que ya he hablado suficiente de las secuencias con los monstruos y el resto de efectos visuales es igualmente casi perfecto: los matte-shots superan claramente a los de la serie de Heisei, excepto en algún momento aislado (Baragon escarba en el suelo al lado de un aparcamiento y no cae sobre él ni una sola pizca de tierra) y algunas maquetas armamentísitcas son tan detalladas que nadie diría que solo son modelos a escala. Por ejemplo, los cañones lanza-mísiles que vemos en el túnel bloqueado al comienzo del film, son solo maquetas perfectamente integradas en planos rodados en exteriores. Y lo mismo se puede decir cuando vemos estas mismas armas en la ciudad durante la parte final del film o de las breves apariciones de los aviones de las fuerzas armadas. Las secuencias submarinas están bordadas gracias al uso del ordenador (AL FIN vemos nadar a Godzilla de forma realista), en un ejemplo que demuestra, al contrario de lo que he comentado antes, que este elemento bien utilizado puede mejorar claramente una secuencia especialmente difícil de llevar a cabo. Qué más se puede decir de los efectos visuales de GMK, yo creo que mi opinión queda bastante clara. Lo peor: Baragon y la falta de pulido en muchos planos. Lo mejor: la espectacularidad de los momentos bien conseguidos y la batalla entre Godzilla y Mothra en Tokio.

MUSICA MEJORABLE

Una de las mayores decepciones de GMK fue su banda sonora. El compositor Kow Otani había realizado tres bandas sonoras magníficas para la nueva trilogía de Gamera, llenas de originalidad y frescura. Además, a diferencia de muchas bandas sonoras de otras sagas, las tres estaban claramente diferenciadas, con cambios de estilo radicales y fascinantes temas nuevos, lo que demostraba la versatilidad de Otani. Aun habiendo compuesto una banda sonora terriblemente inadecuada para la película de Kaneko Crossfire, no pude alegrarme más al saber que él iba a encargarse del aspecto musical de GMK. Ya he comentado las dudas que me surgieron cuando se anunciaron ritmos electrónicos para los temas del film, pues mi mente era incapaz de relacionar a Godzilla con música electrónica. ¿Acaso Kaneko nos iba a convertir la película en vídeo-clip de música “bacalao”? Evidentemente, ese no fue el caso, pero sigo pensando que el resultado final es muy mejorable. Veamos, siguiendo la tradición de los compositores que han creado música para esta serie, Otani compone un tema principal para el monstruo Godzilla, en este caso una sencilla composición de 17 notas que cambian frenéticamente de tempo y métrica al compás del ritmo de las imágenes. El problema es que Otani no deja de repetir el mismo tema continuamente, una y otra vez, llegando a destrozar los oídos del percatado espectador. Es demasiado, sencillamente. El tema en sí me parece más bien soso, pero podría haber sido adecuado si no se hubiese repetido tanto. En lo referente a los temas del resto del ‘bestiario’, Otani es el primer compositor que hace suyo un tema anterior para otro monstruo, en este caso Mothra. Readaptando y remodelando el clásico tema de Mothra compuesto por Yuji Koseki, y más tarde adaptado por Akira Ifukube para Godzilla contra los monstruos, el compositor crea un tema de gran belleza, uno de los mejores del film, que se adapta perfectamente a cualquier aparición de la mariposa gigante, especialmente su nacimiento. El tema de King Ghidorah es casi peor que el de Godzilla, 16 notas que también se repiten incesantemente. Y el de Baragon, aun siendo principalmente electrónico, no me parece del todo mal, pues resulta adecuado a las escenas en las que aparece, y la breve participación de Baragon en el film hace que no se repita tanto como los comentados (aunque sus temas quedan muy ahogados por los efectos de sonido y mucha de su música fue eliminada del montaje final). Por lo general, el resto de los temas carecen de melodías específicas, y muchas de las canciones parecen mezclas de instrumentos tocados al azar de una forma delirante. Eso no quita que también haya momentos excelentes, sin duda. Sin ir más lejos, el bellísimo tema con el que arranca GMK, cuando Tachibana da su discurso y se marcha tras recibir noticias, es excelente. La muerte de Mothra, el renacer de King Ghidorah y su posterior ataque ‘explosivo’ a Godzilla van acompañados de melodías musicales verdaderamente interesantes, al igual que las apariciones del profeta Isayama. Además, la rítmica marcha militar con la que Otani nos deleita en varios momentos del film, aun conteniendo ritmos electrónicos, me parece de lo mejorcito que he escuchado en lo referente a acompañamientos para escenas soldadescas desde Ifukube, que era un verdadero especialista en este campo. Por desgracia, poco más se puede destacar de la banda sonora de GMK, un buen intento de cambiar las tradiciones establecidas de las anteriores encarnaciones de la serie, pero en la dirección equivocada. Desde luego ya veis que Otani no ha dado en el clavo esta vez, sólo espero que en su próxima oportunidad (si la hay) nos demuestre de lo que es capaz.

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¿UN NUEVO COMIENZO?

Evidentemente, GMK es una película completamente distinta a las dos anteriores entregas de la llamada serie Millennium, y se acerca mucho más al serio dramatismo de Japón bajo el terror del monstruo que a la desenfadada aventura de Godzilla X Megaguirus. Una nueva dirección para la serie comporta una nueva reacción de los seguidores y la crítica, y GMK fue bien recibida por ambos, aunque para decepción de Toho, no en suficiente cantidad. Con esto quiero decir que, aunque los fans adoraron en film en su mayoría y los resultados en taquilla fueron ligeramente superiores a los de las anteriores películas de la saga, no fueron los que la productora esperaba y se encuentran lejos de los éxitos cosechados por la serie de Heisei en los noventa. Ni siquiera el venerado por los japoneses Hamutaro consiguió elevar en gran cantidad el numero de entradas vendidas.

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Si nos fijamos el proceso de desarrollo del personaje de Godzilla, veremos como ha ido madurando en las últimas tres décadas hasta que hemos llegado a la genial GMK. En los 70 el monstruo era un superhéroe para los niños, que se convirtió en la serie de Heisei en una nueva y terrible amenaza para Japón durante los 80 y 90. Entrados en el siglo XXI, en mi opinión Godzilla se volvió completamente adulto en la brillante e insólita Godzilla 2000 Millennium y bajó un escalón en la irregular Godzilla X Megaguirus. Cuando Toho dio el paso adelante y anunció GMK, que resultó ser el final del proceso de maduración que Godzilla ha llevado a cabo durante todos estos años, pareciendo cerrar un hermoso círculo con Japón bajo el terror del monstruo, parecía que la serie se iba a encaminar hacia otra dirección, más seria y dramática, dirigida hacia un público ligeramente distinto. Por desgracia, nada más lejos de la realidad. GMK les brindó a Toho la oportunidad de dar el empujón definitivo a Godzilla para sacarlo de su descripción de “muñeco de goma” y transformarlo al fin en algo que todo el mundo podría tomarse en serio. Otra oportunidad desaprovechada; Toho estrenó hace unos meses Godzilla X Mechagodzilla, película que no solo denota una terrible falta de originalidad, sino que además parece ser un gran paso atrás, un regreso a las aventuras “de cómic” que vimos en Megaguirus, llevada a cabo por el mismo equipo técnico. No conozco los resultados en taquilla todavía, pero mucho me temo que van a ser iguales o inferiores a los de GMK, con lo que el futuro de Godzilla está incierto e incluso en peligro. Afortunadamente, el próximo año marcará el 50 aniversario del monstruo y Toho declaró hace tiempo estar pensando en algo concreto para tan especial ocasión. ¿Qué nos deparará el futuro? Quién sabe, aunque Godzilla X Mechagodzilla sea un retroceso quizá GMK sí que haya sido un nuevo comienzo para la saga, pero sólo el tiempo lo dirá. Sea como sea, quiero ser uno de los primeros en hacer esto: ¡Feliz cumpleaños, Godzilla!

Por Rubén Ortiz (gamera77@hotmail.com) [26 de Diciembre de 2002]

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