A finales del mes pasado se publicaba «Lucha de gigantes», libro dedicado al kaiju eiga, por parte de Diábolo Ediciones. Sus autores, Juan Luis Sánchez y Luis Miguel Carmona, realizan en él un completo recorrido por todo este tipo de cine, desde sus inicios en 1954 con Japón bajo el terror del monstruo (Gojira. Ishiro Honda) hasta la mención de Godzilla: Resurgence (Shin Gojira, Hideaki Anno y Shinji Higuchi) , aún por estrenar.
A continuación, detallaremos en qué consiste concretamente este volumen, y qué podemos encontrarnos en sus 228 páginas.
Lo primero que llama la atención, por supuesto, es la cuidada edición por parte de Diábolo Ediciones, con una presentación en tapa dura, y todo el libro está profusamente ilustrado con decenas de fotografías a todo color. Muy a menudo encontramos también reproducciones de los magníficos carteles de la diversa filmografía dedicada a los monstruos gigantes, que, junto con todo lo anterior, consiguen como decimos que el aspecto visual sea toda una delicia.
Al abrir sus páginas, encontramos un índice y un prólogo a cargo de Álex Bassas, que prepara al lector sobre lo que se va a encontrar en el texto, dejando entrever el tono que impregnará todo el volumen.
En este sentido, el signo distintivo del presente libro reside en el carácter jocoso con el que se analizan las diferentes películas protagonizadas por los kaiju, con abundantes comparaciones con la sociedad actual y expresiones en exclamativa para resaltar los aspectos más curiosos de cada película. Además, como el propio libro previene, el objetivo del texto se centra casi exclusivamente en los monstruos, en detrimento de los actores de carne y hueso, por considerarlos menos relevantes. Ciertamente, la labor de integración de los textos de los dos diferentes autores se encuentra bien implementado, pues se hace difícil comprobar que pertenecen a dos personas distintas.
Así da comienzo el libro, haciendo en su primer capítulo una excursión por toda la saga de Godzilla, durante sus más de cincuenta años de historia, incluyendo también las dos aportaciones norteamericanas. De esta forma, saltando de entrega en entrega, el texto va haciendo hincapié en aspectos de producción, anécdotas del rodaje y una dosis de su argumento. Debido a la larga trayectoria de la bestia, y a la importancia del mismo, resulta el capítulo más extenso de todo el libro.
Después, en el capítulo segundo, denominado «Los grandes clásicos», se hace un análisis más extenso en las producciones que los autores han considerado más adecuadas, dependiendo cada elección de diferentes motivos, siendo las escogidas: King Kong contra Godzilla (Kingu Kongu tai Gojira, Ishiro Honda, 1962), El hijo de Godzilla (Kaijuto no kessen: Gojira no musuko, Jun fukuda, 1967), Gorgo y Superman se citan en Tokio (Gojira tai Megaro, Jun Fukuda, 1973), Cibergodzilla máquina de destrucción ( Gojira tai Mekagojira, Jun Fukuda, 1974) y El retorno de Godzilla (Gojira, Koji Hashimoto, 1984).
En el tercer capítulo, se hace un repaso a los otros grandes monstruos de la cultura japonesas y sus respectivas carreras, principalmente a Gamera, Mothra y Daimajin, pero dejando un hueco para el resto del bestiario.
Para el que suscribe, la mayor y más bienvenida sorpresa ha sido el cuarto capítulo, dedicado a Ultraman. En España, apenas existe material impreso dedicado a la otra archiconocida creación de Eiji Tsuburaya, y ha resultado muy estimulante encontrar un texto dedicado a su génesis, desarrollo y una breve explicación de las series que posteriormente se llevaron a cabo. El capítulo concluye con un pequeño álbum fotográfico con los engendros más famosos contra los que el héroe de la nebulosa M-78 se ha enfrentado.
Para el quinto capítulo, titulado «Los siete magníficos», y aunque se había advertido de la importancia reservada a los gigantes por parte de los autores, se ofrecen biografías de las figuras más importantes de la saga de Godzilla. Por tanto, encontramos reseñas del productor Tomoyuki Tanaka, del director Ishiro Honda, del amo de los efectos especiales Eiji Tsuburaya, del actor Akihiko Hirata, del guionista Shinichi Sekizawa, del hombre dentro del traje Haruo Nakajima y finalmente, del maestro musical Akira Ifukube.
Después, encontramos dos apéndices. El primero se encuentra dedicado tanto a la influencia cultural del monstruo en otros ámbitos, como a realizar una exposición del cine de monstruos, de todos los continentes, surgido al margen de las grandes franquicias de Godzilla y Gamera. El segundo apéndice se centra de forma breve en el amplio merchandising de Godzilla, el personaje más emblemático del kaiju eiga y con una cantidad de objetos relacionados con él totalmente inconmensurable, como advierten los autores.
Finalmente, se incluye dos galerías fotográficas de carteles de cine con notas de producción, dedicadas respectivamente a toda la filmografía de Godzilla y luego al resto de monstruos gigantes.
La parte menos destacable del texto son algunos errores detectados, algunos formales y otros de fondo. Por ejemplo, en el primer capítulo dedicado a las diferentes entregas de Godzilla, a la hora de llegar a La isla de los monstruos (Gojira, Minira, Gabara: Oru kaiju daishingeki, Ishiro Honda, 1969) , el texto se olvida de ella, y salta de Invasión Extraterrestre (Kaiju Soshingeki, Ishiro Honda, 1968) a Hedorah, la burbuja tóxica (Gojira tai Hedorah, Yoshimitsu Banno, 1971). Lo curioso es que las imágenes que acompañan al texto si que muestran imágenes de esa película ignorada.
En definitiva, Lucha de gigantes es un texto ameno y desenfadado, el cual no se toma especialmente en serio las películas que recoge, y que sirve para tener una perspectiva global del kaiju eiga de forma dinámica y con grandes dosis de sentido del humor.
Octavio López