Título español: El rey de los monstruos / Godzilla contraataca |
Título americano: Gigantis, the fire monster (Gigantis, el monstruo de fuego) |
Título japonés: Gojira no gyakushu (El contraataque de Godzilla) |
Año: 1955 |
Duración: 82 minutos |
Música: Masaru Sato |
Director: Moyotoshi Oda |
Productor: Tomoyuki Tanaka |
Guión: Takeo Murata, Shigeaki Hidaka. Basada en una historia de Shigeru Kayama |
Intérpretes: Hiroshi Koizumi, Minoru Chiaki, Yukio Kasama, Setsuko Wakayama, Takashi Shimura, Haruo Nakajima |
Monstruos: Godzilla, Anguirus |
Argumento: Tras efectuar un rescate en una isla del Pacífico, dos pilotos de una empresa pesquera se encuentran con un espectáculo dantesco, dos monstruos de enormes proporciones están enzarzados en una terrible lucha. Estas bestias no son otras que Godzilla y Anguirus, que acabarán trasladando su enfrentamiento a la ciudad de Osaka, provocando así el terror en Japón. |
Análisis
Como siempre, los mayores éxitos financieros de una compañía cinematográfica acostumbran a provocar el rodaje de secuelas, y la verdad es que la continuación de Japón bajo el terror del monstruo no se hizo esperar. En Noviembre de 1954, pocas semanas después del estreno de la primera película de Godzilla en Japón, los estudios Toho celebraron una fiesta de bienvenida al productor Iwao Mori, que había estado en el extranjero supervisando la coproducción Italo-JaponesaMadame Butterfly. Fue durante esa fiesta cuando Mori, muy complacido con el resultado en taquilla del film de Honda, se acercó a Tomoyuki Tanaka y le dijo: «Haced otra«. El problema era que Ishiro Honda ya estaba trabajando en su próxima película Love Tide y no podía encargarse de la dirección de la secuela hasta meses más tarde. Tanaka y Mori, temerosos de que la gente perdiera el entusiasmo por Godzilla si esperaban más, asignaron el proyecto a Moyotoshi Oda, un director «del montón» que no había destacado (ni lo haría en el futuro) por ningúna película concreta. Todo corría prisa, la producción del film se llevó a cabo de una manera terriblemente apresurada y eso algo muy evidente en el resultado final. En un tiempo récord, cinco meses, la flamante Godzilla contraataca se encontraba ya estrenada en los cines de Japón. Aunque comercialmente fue un relativo éxito, la audiencia perdió rápidamente el interés y el film pasó bastante desapercibido entre las masas, lo que hizo poner en duda el futuro de Godzilla. Probablemente sería un factor decisivo para que la próxima aparición del rey de los monstruos se hiciera esperar siete años. La verdad es que no es de extrañar pues GC no parece convencer de ninguna manera. Terriblemente mal estructurada, el clímax (la batalla entre Godzilla y Anguirusen Osaka) llega a la mitad del film, dejando los últimos 45 minutos en manos de unos personajes que se nos antojan poco interesantes, incluso sosos por momentos, con unos devaneos amorosos sin concretar y con una extraña sensación de «improvisación», de que las desventuras con los personajes humanos son «para hacer tiempo» por falta de ideas. Ni siquiera la banda sonora es adecuada, Masaru Sato parece perdido sin saber si decantarse por temas de ambiente sobrio o aventurero. Los efectos visuales de Eiji Tsuburaya, mejorados si cabe por la sombría fotografía en blanco y negro, son lo único que parece estar a la altura de las circunstancias. Ya había quedado demostrado en 1934 con El hijo de Kong y se volvió a demostrar aquí: Las secuelas hechas a toda prisa y ciegamente, tan sólo para aprovechar el tirón comercial y hacer dinero, no funcionan.
Lo Mejor:
La hermosa fotografía en blanco y negro, que tan buen resultado había dado enJapón bajo el terror del monstruo, sigue funcionando magistralmente en GC, en especial cuando aparecen los monstruos. La sobriedad de esas secuencias, la sutilidad de la música de Masaru Sato y las impresionantes maquetas de Eiji Tsuburaya (uno de sus mejores trabajos en mi opinión) se conjugan para crear espectaculares momentos con las bestias en su combate en Osaka. Normalmente la gente no parece aceptar los ágiles movimientos que demuestran los dos Kaijuen esta película, si bien yo creo que les da una apariencia muy animal y realista. Parecen verdaderos depredadores llenos de furia. No fue sólo debido a la genial coreografía del combate, sino al hecho de que la mayoría del metraje de efectos visuales se rodó a 18 fotogramas por segundo, lo que aceleró la acción en pantalla. Recordemos que para hacer que el movimiento se haga más lento en una grabación, hay que grabar a alta velocidad, léase 48 fotogramas por segundo como mínimo («alta velocidad» porque el rollo de cinta pasa más aprisa por el objetivo). Lo curioso es que no toda la batalla de los monstruos se desarrolla a esa velocidad, lo que apunta a un posible error del cámara. Teisho Arikawa, el director de fotografía de efectos visuales del film, recordó el incidente en el libro Godzilla Days:
«Usábamos tres cámaras (A, B y C) que siempre rodaban a alta velocidad. Pero ese día la cámara C no estaba configurada a alta velocidad. No sé si se hizo expresamente o si se olvidó, aun no lo sabemos. Cuando vimos el metraje del día, las cámaras A y B habían grabado correctamente, pero las escenas grabadas por la cámara C se movían más aprisa. Tsuburaya dijo ‘¿Qué es esto?’, pero tras seguir visionando el metraje durante un rato dijo ‘Espera un momento. El movimiento no queda tan mal. Quizá podamos usarlo.’ Y desde ese incidente hemos usado diferentes velocidades de grabación con las cámaras para diferentes escenas.»
Aunque Arikawa no nombró al cámara culpable del «incidente», algunos textos japoneses lo identifican como Yoichi Manoda. Cambiando de tema, las interpretaciones de los actores son correctas, en especial la del siempre magnífico Yoshio Tsuchiya (Tajima) en su primera aparición en la saga. Curiosamente, GC también supuso la primera aparición de Hiroshi Koizumi en la serie, un actor que a partir de entonces siempre se mantendría relacionado con las kaiju eiga; este año lo hemos podido ver interpretando a Chujo Nakazo enGodzilla X Mothra X Mechagodzilla: Tokyo SOS. Eso sí, el poco interés que suscita la historia o los personajes queda demostrado en que mi secuencia favorita es claramente la batalla entre Godzilla y Anguirus en Osaka. El resto raramente pasa de la mediocridad.
Lo Peor:
No se puede meter el clímax de una película a la mitad si los personajes no son capaces de aguantar el peso narrativo del film hasta el final. La historia de GC es poco interesante y los personajes que la mueven son insípidos y desapasionados, hasta los personajes femeninos son terriblemente sosos y sólo parecen servir como apoyo para las desventuras amorosas de los protagonistas. Así, tras el combate entre los monstruos pasados 45 minutos del comienzo de la película, los protagonistas se marchan hacia Hokkaido donde asistimos a la presentación del personaje interpretado por Yoshio Tsuchiya ¡y ya está! El resto del film se estanca en escenas innecesarias, exposición repetitiva y aburridas caracterizaciones. No hay nada que mantenga despierto al espectador, ni siquiera la esperanza de volver a ver a Godzilla pues su aparición se limita a un decorado terriblemente mal elaborado. ¿No habría sido más interesante mantener a los personajes en Osaka y poder ver sus vidas tras la devastación del combate? No, Murata e Hidaka se decantaron por lo fácil y barato: los llevamos a otro sitio y a ver si se puede improvisar algo para llenar 45 minutos de metraje. La falta de imaginación de los dos guionistas es pasmosa, ¿de dónde sale el nuevo Godzilla? ¿cómo es que se ha vuelto convenientemente sensible a la luz? Por si eso fuera poco, el único elemento que conecta claramente con Japón bajo el terror del monstruo, el doctor Kyohei Yamane, de nuevo interpretado porTakashi Shimura… ¡tan sólo aparece cinco minutos! Y ni siquiera su diálogo es demasiado brillante pues parece demostrar una extraña clarividencia cuando dice «Yo ya imaginaba que existía otro Godzilla» o cuando comenta esa misteriosa sensibilidad a la luz que el monstruo parece haber desarrollado mágicamente. Y para rematar el trabajo, el elemento que no pude faltar a la hora de matar a un protagonista… cuando Kobayashi se dirige hacia su muerte y se olvida la cartera en la empresa… Hidemi la mira y ve… ¡fotos de su novia! Dios mío, qué alarde de originalidad, qué elemento tan «novedoso» a la hora de intentar acentuar el dramatismo de manera barata y chabacana. Para matar a los guionistas, de verdad. Desde luego si formas parte de una película y quieres sobrevivir debes asegurarte que NADIE vea las fotos de tu novia. Y eso sin contar que, de los dos protagonistas, el que muere es el gordo y tonto, hombreeee… En fin, no sigo por aquí porque hay para dar y regalar.
Pasando a los aspectos técnicos, ya he mencionado que la banda sonora de Masaru Sato es poco adecuada. Y no es las partituras sean malas, es tan sólo que parecen fuera de lugar en ciertos momentos. Quizá en otra película habrían quedado bien, pero en GC no. Y aunque los efectos visuales de Eiji Tsuburaya sean magistrales, hay un par de detalles que ensombrecen la calidad del resultado final. Lo primero es el nuevo diseño del traje de Godzilla. Parece estar directamente basado en su anterior encarnación, pero adolece de una falta de detalle de lo más sorprendente y de una cara más redondeada, con una expresión bastante extraña. Quizá los cambios fueran realizados para acrecentar la agilidad y movilidad del actor en su interior, pero no puedo evitar pensar en que me parece el traje más feo de toda la serie, después del cara-rana de El hijo de Godzilla, por supuesto. ¿Y esos colmillos? Siniestro. Eso sí, peor aun resulta la marioneta empleada para los primeros planos de su cara. Aparte de que no encaja con el traje de cuerpo entero (esta recuerda más al traje de 1954), no parece poder cerrar la boca debido a unos horribles dientes curvados hacia fuera. Y la de Anguirus, aunque se salva en diseño, queda empañada por un horrible movimiento circular que da la impresión al espectador de que el monstruo está estornudando… ¿le tiene alergia a Godzilla? Y un detalle de lo más extraño es la no utilización de pirotecnia sobre los trajes de las bestias. ¿Os habéis fijado que todas las explosiones que suceden sobre sus cuerpos están superpuestas en la imagen? ¿Tal vez el material era más frágil y no se atrevieron a usar explosivos sobre ellos?
Montajes Alternativos, Versiones Extranjeras y Curiosidades Varias
A finales de 1956, los productores Harry Rybnick y Edward Barison llegaron a un acuerdo con Toho para distribuir GC en los Estados Unidos a través de una pequeña compañía recién formada bajo el nombre AB-PT, que era una fusión comercial de American Broadcasting Company yParamount Theaters. Sus planes eran desechar completamente el metraje con actores japoneses y rodar una película completa con actores americanos, en la que usarían las escenas con los monstruos de Eiji Tsuburaya. Así, contrataron a los guionistas Ib Melchior y Edwin Watson para que escribieran una historia en la que dos monstruos despiertan en Japón y más tarde son llevados hasta San Francisco, donde escapan y luchan en pleno barrio de Chinatown (Osaka en el original, evidentemente). El guión requería el rodaje de nuevas escenas con los monstruos, así que Rybnick pidió los trajes originales de Godzilla y Anguirus a Toho para poder usarlos en las nuevas secuencias. Toho accedió pues estaba ansiosa de desarrollar una firme presencia en el mercado cinematográfico americano. El guión final de 129 páginas, fechado en 7 de Mayo de 1957 y titulado The Volcano monsters eliminaba toda referencia a la existencia de metraje japonés y lo que es más grave: reducía a Godzilla y Anguirus a dos dinosaurios sin nombre. Se hizo una lista de las escenas usables del montaje original y de escenas que requerían ser rodadas de nuevo, eso sin contar muchos planos con Godzilla que debían ser eliminados (cuando dispara su rayo radioactivo, por ejemplo).
A principios de 1957, Toho envió a Los Ángeles los trajes de Anguirus y Godzilla para que Rybnick rodara el metraje adicional que considerara necesario para The Volcano monsters. Pero antes de que se llegara a rodar ninguna secuencia, la compañía AB-PT quebró y el proyecto se interrumpió para no continuarse jamás. Hoy en día lo único que sobrevive de The Volcano monsters es su guión y las imaginarias escenas que todos los fans tenemos en nuestras cabezas pensando en lo que habría resultado de semejante proyecto. Desde luego las únicas dos películas que estrenó AB-PT resultaron dos bodrios: The beginning of the end y The unearthly, así que posiblemente no perdimos demasiado con la desaparición de la compañía. Pero no todo terminó ahí.
En 1958 los productores Paul Schreibman, Edmund Goldman y Newton P. Jacobs adquirieron los derechos para estrenar GC en América a través deWarner Bros. Goldman cedió el montaje original a su montador predilecto Hugo Grimaldi para que «americanizara» el producto, lo que conllevó una serie de modificaciones totalmente irrespetuosas y sin sentido alguno. Se cambiaron escenas de orden, se eliminó casi toda la banda sonora musical de Sato, se añadió una narración llevada a cabo por el protagonista, los diálogos fueron simplificados hasta rozar la subnormalidad y se añadió metraje de archivo de barcos y explosiones nucleares para «complementar» algunas secuencias. Pero el mayor insulto fue el cambio del nombre del monstruo protagonista: Godzilla pasó a llamarse Gigantis. Parece ser que Warner no se molestó en saber si podía conseguir los derechos para usar el nombre de la bestia (porque imagino queToho debía incluirlo cuando Warner adquirió la película), así que sencillamente cambiaron el nombre de la bestia y asunto resuelto. Así, esta abominación llegó a los cines estadounidenses en 1959 bajo el título Gigantis, the fire monster. Y aunque años después Toho cambió el título oficial americano a Godzilla raids again para sus ediciones en vídeo, el doblaje sigue manteniéndose intacto, lo que hace que el espectador estadounidense siga sufriendo las consecuencias de los irrespetuosos distribuidores de aquellas tierras.
En España también hemos tenido algún problema con el título de esta película, pues se estrenó originalmente en nuestro país bajo el título El rey de los monstruos (ignoro si basándose en el montaje japonés o en el americano, posiblemente en el primero), para más tarde ser lanzada en vídeo por Filmax en 1998 con el título Godzilla contraataca. Es bastante posible que Filmax decidirera cambiar el título para evitar confusiones con el título americano de Japón bajo el terror del monstruo (Godzilla, King of the monsters). Aparte de un mediocre doblaje por parte de Filmax, la edición tiene dos errores en la pronunciación del monstruo antagonista, que en dos ocasiones es llamado ANGURIUS. Intolerable.
Por Rubén Ortiz (gamera77@hotmail.com) [6 de Agosto de 2004]