Reseña estreno The Dawn of Kaiju Eiga
El 24 de octubre de 2019 fue un día histórico para el Kaiju Eiga en España. Fue el día que Jonathan Bellés pudo enseñar a todo el país el fruto de ocho años de trabajo. Su documental, The Dawn of Kaiju Eiga, por fin veía la luz. El evento escogido era el Festival Nocturna, en Madrid, a media tarde y en un pase doble junto a Blood Machines, en los multicines de Cinesa Proyecciones, ubicados en la Calle Fuencarral, 136.
El cine era de reciente instalación, muy amplio, y con un gran recibidor. La sala donde iba a tener lugar la sesión se encontraba en el piso inferior, al que habia que acceder por el ascensor o por unas escaleras situadas enfrente.
Asiduos del festival, allí se habían reunido grandes figuras del panorama fantástico español, como Carlos Díaz Maroto (Pasadizo), José Luis Salvador Estébenez (La abadía de Berzano), Pako Mulero Arenillas (La cabina de Nemo) o Txema Gil (Neutron), con los cuales pude mantener unas breves palabras antes de iniciarse la proyección, y anticiparles dentro de mis limitaciones de las dos distintas versiones que Jonathan había preparado del documental.
Poco después de las 17:00, Sergio Molina, director del festival e hijo del laureado Paul Naschy, dio inicio a la presentación de las dos proyecciones que íbamos a ver. En primer lugar, íbamos a asistir a un pase de Blood Machines, y a continuación veríamos el documental. Pero también hizo un apunte altamente interesante, y fue que Alex Proyas, el director responsable de Dark City o El cuervo, se encontraba entre los presentes para atender también la proyección. En cualquier caso, Sergio le pidió a Jonathan que bajara al escenario para presentar en persona su documental Cosa que hizo, como se puede observar en el siguiente video:
A continuación, tal como se había anunciado, tuvo lugar el pase de la aventura espacial Blood Machines, un espectacular delirio visual heredero tanto de Heavy Metal como de Lifeforce. Con sus 45 minutos de duración y una narrativa impulsada al compás de la música de Carpenter Brut, la producción se sentía como una demostración de lo que sus responsables eran capaces de hacer con el presupuesto necesario. Además, con su ritmo a golpe de sintetizador y su estética contrastada en ambientes retros rojos, verdes y púrpuras, Blood Machines no podía estar más alejada de la sobriedad con la que Jonathan iba a golpear la sala pocos minutos después.
Alrededor de las 18:00 horas daba comienzo la proyección de The Dawn of Kaiju Eiga. En sus 45 minutos, asistíamos a una obra con múltiples capas de lectura que radiografiaba el ambiente sociopolítico de los años cuarenta y cincuenta en Japón. Era demoledor comprobar los efectos que las bombas atómicas habían causado sobre la población japonesa, y revelador como Ishiro Honda había unido todos esos episodios traumáticos en esa obra maestra de la ciencia ficción que es Japón bajo el terror del monstruo. Porque The Dawn of Kaiju Eiga es muchas cosas. Por un lado, es ese “así se hizo” del filme de 1954 que el mundo necesita ver. De cómo de los terrores más encarnizados puede surgir una obra de arte que trate de advertir de los peligros del átomo. Pero a la vez, sirve de exponente de la contradictoria naturaleza humana y sus continuas decepciones. Por ejemplo, de cómo Godzilla, nacido para alertar dese terror nuclear, pronto dio un cambio de timón para convertirse en emblema de una energía que de repente era considerada limpia y necesaria. O de cómo Eiji Tsuburaya, padre físico de Godzilla, sería a su vez el máximo responsable de la desmitificación del Kaiju Eiga al banalizar ese universo a través de sus series para televisión.
Mientras atendemos a todos estos matices, The Dawn of Kaiju Eiga va recorriendo la historia del kaiju eiga, contraponiendo dichas producciones con el cine de monstruos realizado en Estados Unidos, mientras las personalidades más icónicas exponen sus argumentaciones. Así desfilan por entre sus fotogramas no otros que Akira Takarada, Ángel Sala, Akira Kubo, Alain Vézina, José Luis Sanz, Carlos y Daniel Aguilar, Eichi Asada, Shusuke Kaneko, Kenpachio Satsuma o los ya fallecidos Haruo Nakajima y Koichi Kawakita. En conclusión un reparto mundial que no sólo dota al documental de una perspectiva multidisciplinar, sino que da buena muestra de lo esforzado e implicado que ha estado su director al viajar por todo el globo para conseguir dichas entrevistas. Y cuando eres consciente de las dificultades concretas que ha tenido en muchos casos para lograrlo, sólo se puede tildar esta dedicación de auténtica proeza.
En cualquier caso, The Dawn of Kaiju está salpicada también de secuencias que Jonathan filmó en Japón en los escenarios naturales que el documental va describiendo, tales como las ruinas de Hiroshima o el monumento al Dragón Afortunado nº 5, lo que unido a la contundente y trágica a la vez composición musical, dotan a la obra de una seriedad y rigor académico envidiable. Y además, no es un documental “cómodo”, en el sentido que hace hincapié en algunos aspectos un tanto delicados como el papel de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial (y después la alteración que hicieron de Japón bajo el terror del monstruo para trasladarse a su país), el papel paradójico de Tsuburaya, o la propia conciencia del pueblo japonés tanto a sus políticos como a Godzilla. Podríamos decir en realidad que The Dawn of Kaiju Eiga no sólo es el documental más ambicioso sobre la figura de Godzilla, sino también el más honesto. Y además, unos pequeños apuntes desenfadados —que Jonathan ha prometido serán más amplia en una pronta versión ampliada—, como contemplar al gran Takarada canturreando el mítico tema de Godzilla, terminan por redondear el proyecto.
En resumen, The Dawn of Kaiju Eiga es un documental hilvanado con una prodigiosa habilidad, al recorrer todo lo que envolvió la creación del monstruo más cinematográfico de la historia en menos de una hora. Son tantas las líneas de investigación que tiende la obra que resulta harto complicado no desear volver a ver el documental una vez a finalizado, con tal de absorber todas las ideas que en él se contiene. Pero si algo señalaría sobre todo es la robustez, el respeto, con la que Jonathan trata el mito de Godzilla. Para el director, Godzilla es algo muy serio, algo trascendental. A él le cambió la vida, y quiere mostrar al mundo que el monstruo conserva esa capacidad. A los amantes de la ciencia ficción les encantará. Los estudiosos de la socio-política lo encontrarán revelador. Y los seguidores del kaiju eiga sencillamente lo adorarán.
Concluida la proyección, amigos y entusiastas se acercaron a Jonathan para darle la enhorabuena. Sólo él sabe a ciencia cierta todas las adversidades que ha tenido que hacer frente para que al fin llegase ese momento, ese instante de aplauso por la obra acabada y disfrutada que acaba de abrir los ojos. The Dawn of Kaiju Eiga vio la luz en España ese 24 de octubre, pero su andadura acaba de comenzar. Y viene pisando muy fuerte.
Octavio López, 30 de octubre de 2019