Godzilla vs Kong

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Título español: Godzilla vs Kong

Título americano: Godzilla vs Kong

Año: 2021

Duración: 113 minutos

Música: Tom Holkenborg

Director: Adam Wingard

Productores: Jay Ashenfelter, Yoshimitsu Banno, Shauna Bryan, Chen On Chu, Jennifer Conroy, Herbert W. Gains, Alex Garcia, Jon Jashni, Roy Lee, Dan Lin, Eric McLeod, Kenji Okuhira, Mary Parent, Brian Rogers, Stefan Sonnenfeld, Thomas Tull, Tamara Watts Kent

Guión: Terry Rossio, Michael Dougherty, Zach Shields, Eric Pearson, Max Borenstein

Intérpretes: Alexander Skarsgård, Millie Bobby Brown, Rebecca Hall, Brian Tyree Henry, Shun Oguri, Eiza González, Julian Dennison, Lance Reddick, Kyle Chandler, Demián Bichir

Monstruos: Godzilla, Kong

Argumento: Cuando parecía que Godzilla se había convertido en aliado de la humanidad, su repentino ataque a la compañía Apex hace dudar de sus intenciones. Al mismo tiempo, se planea una expedición para hallar una fuente de energía que permita a los humanos enfrentarse a los titanes.

Análisis:

No creo que sea descabellado afirmar que una nueva versión cinematográfica del enfrentamiento entre los indiscutibles reyes de los monstruos Godzilla y King Kong era el sueño húmedo y en apariencia inalcanzable de la mayoría de los seguidores del género. Nada podía estimular tanto nuestra imaginación como el fabuloso choque entre la clásica poesía trágica que envuelve al gorila gigante y la épica magnificencia oscura nacida de la era atómica que representa la creación de Toho. Por supuesto que existía la bizarra comedia dirigida por Ishiro Honda en 1962, pero por desgracia no es una película que represente la esencia de dichas criaturas, sino que se trata de una estúpida oportunidad desaprovechada que en mi opinión deja más en evidencia las vergüenzas de ambos monstruos en lugar de ensalzarlos como las gloriosas creaciones que son. Y claro, el paso de los años y las dificultades legales han ido convirtiendo una nueva iteración de semejante encuentro bestial en poco más que una quimera imposible. Recordemos que el King Kong original de 1933 fue una producción de la hoy desaparecida RKO Radio Pictures, cuyos derechos cayeron décadas después en Turner Entertainment/Warner Bros, si bien habían sido cedidos a Toho para efectuar sus dos producciones con el gorila en 1962 y 1967, en un contrato que transfirió a la productora japonesa derechos de distribución a perpetuidad de ambos filmes en su país de origen y a Universal los derechos en el resto del mundo. Dado que dicho acuerdo fue llevado a cabo a espaldas del cineasta Merian C. Cooper, que además de ser uno de los creadores del personaje era co-director del film original, a lo que se sumó su descubrimiento de que RKO había cobrado por productos de merchandising de los que él no vio ni un centavo, le llevó a interponer una denuncia contra el estudio que inició un interminable litigio cuyas repercusiones aun resuenan hoy en día. Así, Universal tuvo que inventarse una rebuscada argucia legal para poder llevar a cabo su hoy injustamente vilipendiado remake de 1976 producido por Dino de Laurentiis, amparándose en la afirmación de que la no renovación de los derechos sobre la novelización del film original representaba el paso al dominio público de la historia y el personaje. No fue hasta años más tarde y tras una denuncia a la compañía de videojuegos Nintendo por parte de Universal en referencia a su famoso juego Donkey Kong que los tribunales establecieron oficialmente la partición de derechos que se mantiene en la actualidad:

  • RKO (léase Warner hoy en día) mantiene los derechos sobre la película original y su secuela El hijo de Kong.
  • La compañía del productor Dino de Laurentiis posee los derechos del remake de 1976.
  • Richard Cooper (hijo de Merian C. Cooper) tiene los derechos mundiales sobre la novela.
  • Universal posee los derechos sobre el nombre King Kong.

Es fácil de imaginar que semejante clima no era el más propicio para volver a intentar una nueva versión de King Kong contra Godzilla, a lo que se sumaría las de sobra conocidas dificultades que representa negociar con Toho, empresa difícil donde las haya.

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Sin embargo los astros se alinearon en 2013. La cronología es compleja: Tras el fin del acuerdo entre la productora Legendary Pictures (artífice del Godzilla de Gareth Edwards y su secuela El rey de los monstruos) con Warner, fue Universal la que se alió con Legendary. Dado que el acuerdo original con Warner y Toho aun les permitía llevar a cabo dos películas más de Godzilla con ellos, Legendary decidió usar el nombre de Kong cuyo permiso habían “heredado” por su acuerdo con Universal y al mismo tiempo ceder la creación de Kong: La Isla Calavera a Warner. ¿Por qué? Simplemente porque eso les iba a permitir unir magistralmente sus licencias y hacer realidad el sueño imposible: un nuevo enfrentamiento cinematográfico entre Godzilla y King Kong. Eso sí, esto sólo representaba la punta del iceberg en lo referente a las dificultades a las que se iba a enfrentar esta película. El proyecto se anunció en octubre de 2015, la elección del director Adam Wingard se confirmó en mayo de 2017, el rodaje se inició en noviembre de 2018 y finalizó en abril de 2019 con un estreno planeado para noviembre de 2020.

Pero de repente nuestro planeta cambió de la noche a la mañana y llegó uno de los peores monstruos que nos podíamos imaginar: una pandemia mundial que en el momento de escribir estas líneas aun azota con furia en todo el mundo bajo el ya histórico nombre de Covid-19. Impensable, imparable, implacable… nada ha vuelto a ser igual desde marzo de 2020. Y por supuesto el mundo del cine no ha sido inmune a la enfermedad: las salas cinematográficas han sido víctimas de las limitaciones de aforo impuestas por los gobiernos para evitar la propagación del virus, e incluso durante meses han estado cerradas a cal y canto. Las productoras han cancelado rodajes, cerrado proyectos, retrasado estrenos… un auténtico desastre para el mundo de la cultura del que posiblemente tardará años en recuperarse, si es que lo hace. Evidentemente, la flamante Godzilla vs Kong no se libró de la calamidad, y sus temidos retrasos se hicieron realidad varias veces hasta llegar a la que ha sido la fecha final de estreno: 24 de marzo de 2021 en las salas cinematográficas de todo el mundo excepto en Estados Unidos, donde finalmente se ha estrenado el 31 de marzo en un extraño estreno simultáneo en cines y en la plataforma digital doméstica HBO. Desde luego ha sido una verdadera odisea que se ha enfrentado a prácticamente todas las dificultades imaginables, pero que ya dejaba entrever una cierta perspectiva de éxito cuando el primer trailer se reveló el 24 de enero de 2021 y alcanzó los 30 millones de visualizaciones en cuestión de horas. En un mundo oscurecido y asolado por la peor pandemia de la historia de la humanidad quizá algo como Godzilla vs Kong traería un fresco aire de esperanza que es ahora más que nunca necesario.

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Siendo un paso más en el “monstruoverso” de Legendary, la película no pierde el tiempo en presentar su universo, ni los monstruos, ni por desgracia a los personajes humanos. Todo se da por conocido, y aunque en referencia a los Kaiju (o Titanes, como los llaman en los dos últimos filmes) o los personajes de anteriores entregas pueda ser algo adecuado, el hecho de dejar a los protagonistas casi sin caracterizar es el elemento que en mi opinión más lastra toda la película. Afortunadamente, en pocos minutos la esencia del film se deja bastante clara y no engaña: vamos a asistir a una película de aventuras en estado puro, incluso recuperando el sentido de la maravilla y la exploración que ya empapaba la precursora Kong: La Isla Calavera, pero aquí llevado hasta el extremo más absoluto. Así que hay que dejar a un lado las expectativas en lo relativo al inexistente drama y hay que dejarse llevar por la aventura y el asombro. Puede ser un ejercicio complicado porque el film se inicia de una forma tan abrupta y extraña (incluso con una canción que me ha parecido bastante fuera de lugar) que puede descolocar. Al menos es un placer volver a ver unos títulos de crédito en pantalla, que hoy en día están en peligro de extinción, acompañados por la altisonante banda sonora de Tom Holkenborg, que no destaca en exceso pero sí elabora un tema principal que trae reminiscencias del clásico tema de Godzilla de Akira Ifukube. La película se compone principalmente de dos tramas: por un lado tenemos a la científica Ilene Andrews y su semi-ahijada Jia acompañadas de Nathan Lind en una búsqueda de la fuente de energía definitiva junto a Kong. Personalmente, esta es sin duda la historia más interesante y bien construida del film, Rebecca Hall y Kaylee Hottle funcionan magníficamente en pantalla, y su vínculo se demuestra con una química que trasciende la falta de trasfondo a la que agarrarse. El pobre Alexander Skarsgård tiene un papel mucho menos agradecido como Nathan Lind, que queda relegado a conformarse como la pata más débil del trío protagonista, si bien es de agradecer que no se convierta en un personaje de acción o se le fuerce alguna trama romántica. Queda como una persona en cierta manera vulgar y un poco cobarde, y no es nada malo, al contrario, es un soplo de aire fresco entre tanto personaje protagonista capaz de desempeñar tareas sobrehumanas que vemos en el cine actual. En esta parte de la historia también tenemos a una previsible modelito que representa a la empresa Apex y que sirve como eye-candy en pantalla, pero que acaba siendo peso muerto.

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Por desgracia, la segunda trama es desastrosa. Y me apena, pues le tengo mucho aprecio a Millie Bobby Brown, y aquí queda relegada a un papel secundario acompañada de dos personajes estúpidos que son el centro del humor tan fuera de lugar que ya desestabilizó El Rey de los Monstruos. Julian Dennison y Brian Tyree Henry son sin duda lo peor de la película, dos desafortunados clichés que deberían haber sido eliminados por completo del guión. De hecho, prácticamente no hay nada salvable en esta trama, que me trae malos recuerdos de una trama similar en Los Últimos Jedi. El grupo entra en los restos de la empresa Apex como Pedro por su casa, se infiltra en sus instalaciones con una facilidad pasmosa, se cuelan en un contenedor destino a Hong Kong sin el más mínimo problema e incluso llegan al secreto más bien guardado de la compañía salvando milagrosamente cualquier obstáculo… es que es absurdo. Y del resto de personajes humanos no hay mucho más que destacar, Kyle Chandler regresa en un par de obviables apariciones y también tenemos a un doctor Ren Serizawa que tenemos que imaginar que será el hijo del anterior profesor interpretado por Ken Watanabe en las dos entregas anteriores, pero nunca se confirma.

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Afortunadamente, la apabullante fuerza del resto de la película es capaz de sobreponerse a los elementos negativos que he enumerado. En un sorprendente ejercicio de fantasía, el film nos envuelve en un universo absolutamente desatado, que nos lleva de la mano entre leyendas de viejos monstruos, un Kong capaz de comunicarse, un viaje al centro de la Tierra que habría sobrecogido al mismo Julio Verne, túneles subterráneos que atraviesan el planeta, barcos que pueden soportar los saltos del gorila gigante, artefactos voladores que se sobreponen a inversiones de gravedad… Es un ejercicio deslumbrante de fascinación, que sin duda convierte a GvsK en la entrega más fantasiosa de toda la serie hasta el momento. Y personalmente es ahí donde creo que radica la mayor fuerza de la película: en su capacidad de embriagar al espectador con imágenes inolvidables. Me ha fascinado ese viaje al centro de la Tierra, me he sentido por unos momentos como el niño que se asombraba ante aquellas narraciones de pioneros que llegaban a islas ignotas (el mismo King Kong de Schoedsack y Cooper es uno de los mejores ejemplos), aquel cine que hoy en día ya no se hace y cuyo espíritu en cierta manera recuperó Kong: La Isla Calavera. ¿Es plausible científicamente? Pues posiblemente no, pero ¿y qué? El film establece perfectamente sus reglas y hay que dejarse llevar para poder entrar en su universo y disfrutar de la fascinación. Y qué decir de todas las apariciones de los monstruos… La película está estructurada de forma inteligente para dosificar esos momentos e ir preparando el terreno para el clímax final. Si el primer ataque de Godzilla a la compañía Apex al inicio del film es correcto pero fugaz, el enfrentamiento entre el gorila y el Gran G en alta mar es un espectacular primer plato que nos deja con ganas de más y disponernos ante el glorioso final: un multitudinario combate en pleno Hong Kong que hace realidad los sueños más vibrantes de cualquier aficionado al cine de Kaijus. Y por supuesto encontramos numerosos homenajes a lo largo del metraje, como al propio Kong llevado por helicópteros que nos retrotrae a la entretenida King Kong se escapa o la alucinante llegada al centro de la Tierra, un hipnotizante juego de luces directamente sacado de 2001: Una Odisea del Espacio.

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Probablemente sea innecesario enumerar los logros técnicos de GvsK, hoy en día estamos acostumbrados a un nivel estratosférico en el mundo de los efectos visuales y por supuesto en este caso no hay decepción posible. Es interesante observar cómo el trabajo de cámara es bastante original aun manteniendo perfectamente la ilusión de gigantismo de los monstruos, un auténtico alarde de maestría técnica que se lleva al paroxismo en el increíble combate final. También el montaje de sonido brilla por su audacia, en este caso comprendiendo la aparentemente contradictoria efectividad del silencio, haciendo contrastar algunas imágenes con una valiente calma auditiva que hace resaltar algunos momentos como la sumersión de Kong en el mar atrapado por Godzilla o la magnífica secuencia de Jia con Kong bajo la lluvia en el barco.

Desde luego es un milagro que esta película exista siquiera, ha sido un accidentado viaje de muchos años que será difícil que vuelva a repetirse en el futuro, así que sólo por esa razón ya vale la pena darle una oportunidad. Y más aun en estos brumosos tiempos de incertidumbre y calamidad, Godzilla vs Kong es sin duda un triunfo de la fantasía. Un entretenido y deslumbrante ejemplo del buen cine de aventuras, de puro escapismo, que nos llega en el momento más necesario.

01/04/2021

Por Rubén Ortiz (gamera77@hotmail.com)

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