Título español: El mundo bajo el terror |
Título americano: Gammera, the invincible (Gammera, el invencible) |
Título japonés: Daikaiju Gamera (Gamera, el monstruo gigante) |
Año: 1965 |
Duración: 79 minutos |
Música: Tadashi Yamauchi |
Director: Noriaki Yuasa |
Productor: Hidemasa Nagata |
Guión: Nizo Takahashi Basada en una idea de Yonejiro Saito |
Intérpretes: Eiji Funakoshi, Harumi Kiritachi, Junichiro Yamashiko, Yoshiro Uchida, Yoshiro Kitahara, Michiko Sugata, Jun Hamamura |
Monstruos: Gamera |
Argumento: Un avión militar cargado con armas nucleares sufre un accidente en el Ártico y provoca una grandiosa explosión. De las llamas surge Gamera, una monstruosa tortuga prehistórica de gigantesco tamaño, capaz de desplazarse por el aire a gran velocidad y que está armada con fuego radioactivo. Tokio está en peligro y ninguna arma conocida parece afectar al monstruo. |
Análisis:
Cuando una película resulta ser un éxito grandioso, es natural que muchas compañías cinematográficas intenten sacar beneficios a costa del producto original y realizen a toda prisa copias e imitaciones para explotar el filón lo más rápido posible. Así, Godzilla no podía ser una excepción y también sufrió el ataque de compañías rivales, en este caso la legendaria Daiei. A mediados de los 60, en uno de los momentos de más popularidad de Godzie, la productora decidió crear un nuevo kaiju que pudiera rivalizar en las taquillas con el gran G, que había capitalizado el taquillaje de todos los intentos anteriores de relanzar series monstruosas similares. Tras varios accidentes y cambios en la producción, se comenzó el rodaje de la que estaba a punto de convertirse en la mayor rival del rey de los monstruos: El mundo bajo el terror (O Daikaiju Gamera en japonés). ¿Quién es Gamera? Pues aunque resulte difícil de creer, Gamera es una tortuga. Sí, sí, pero no una tortuga cualquiera: Gamie mide 60 metros y puede lanzar (y absorber) fuego radioactivo por su boca. ¡Qué cosas! ¿No os recuerda a nadie? Sí, realmente no se estrujaron demasiado el cerebro en Daiei y la originalidad de su nuevo kaiju dejaba bastante que desear, notándose a la legua que sólo era otro intento de copiar al maravilloso Godzie. Aun así, la cosa funcionó muy bien y la compañía decidió continuar con la saga de Gamera, realizando 9 películas entre 1965 y 1980. ¿Y cómo es El mundo bajo el terror? Pues es un film muy decente y bien realizado, con unos efectos visuales muy adecuados, una sombría fotografía en blanco y negro, un guión bien elaborado y unas interpretaciones más que correctas. Además, la espléndida ambientación de desastre mundial (no comparable a la de Japón bajo el terror del monstruo) ayudan a una puesta en escena muy agradable. Ni siquiera el niñato de turno (Argh) estropea la función, y el combinado resulta ser idóneo para comenzar una saga completa basada en la gran tortuga. ¿Y cómo es Gamera? Pues a mí me ha parecido un kaiju interesante, del que no quedan demasiado claros sus orígenes, que tiene un aspecto bastante ridículo (y poco creíble) y sería un impresionante rival de Godzilla (si la cosa se terciara, claro). Su apariencia aterradora y su presencia fantasmal en la versión voladora (además de su rugido bestial) ayudan a crear un ambiente fantasmagórico y fascinante alrededor de Gamera, y me ha gustado mucho, aunque no tanto como mi querido Godzie. Así pues, ¡bienvenida Gamera a mi archivo de críticas y comentarios sobre las kaiju eiga! Espero que las posteriores encarnaciones de esta tortuga sean iguales o mejores a esta atractiva EMBET.
Lo mejor:
Aunque el desarrollo de la película sea virtualmente idéntico al del clásico El monstruo de tiempos remotos, EMBET tiene un ambiente muy especial que la diferencia claramente de la frialdad característica de la producción de Ray Harryhausen. Por ejemplo, esas escenas tan cotidianas de la família riñendo al niñato (Argh) para que se deshaga de su pequeña tortuga son una agradable variación sobre la clásica trama «científico-militar». También es muy interesante esa «humanización» del científico protagonista, muy alejado del insensible doctor que sólo desea tener un espécimen para analizar. Sin llegar a la brillantez de Japón bajo el terror del monstruo, los efectos visuales son bastante buenos, con escenas muy bien realizadas: por ejemplo, el ataque a la ciudad tiene un momento espléndido cuando Gamera arrasa aquel edificio por el que vemos las sombras de la gente corriendo a través de sus ventanas. Es un efecto espectacular, muy realista e inédito en las kaiju eiga (y que, desgraciadamente, casi nunca volveremos a ver). Pero mi secuencia preferida es, sin duda, ese momento casi espectral en el que Gamera queda boca arriba y utiliza por primera vez su impulsión a chorro para volar. Es una escena muy bien ambientada que resume muy bien las posiblidades que ofrece el film. Otro momento brillante es cuando la milicia consigue incendiar el océano para que el monstruo se dirija a la zona del plan Z. Por supuesto, la fotografía en blanco y negro es absolutamente maravillosa, y de nuevo consigue enmascarar los evidentes defectos de la «suitmation», sobretodo en las secuencias del polo norte o en el primer encuentro del niñato (Argh) con Gamera en la costa. Dejando los aspectos técnicos, el guión bien desarrollado y las correctas interpretaciones son nuevos incentivos para mejorar la calidad global de la película, que sin ser demasiado alta, sí es muy superior a otros intentos de copiar al gran G. Tal y como ha explicado muchas veces Ray Harryhausen, se ha de intentar conferir personalidad propia a los monstruos, para así hacer que el espectador sienta un poco de pena al verlo morir (porque la mayoría de kaiju están siempre condenados a una muerte inevitable). Gamera tiene personalidad propia, pero en Daiei ya tuvieron visión de futuro cuando decidieron que sería más fácil hacer una saga con Gamie si ésta no moría al final, así que la gran tortuga no perece, sino que queda atrapada en un largo viaje hacia Marte, o según como se mire, hacia su secuela Los monstruos del fin del mundo.
Lo peor:
Ya empieza a ser evidente en EMBET que Gamera no es un monstruo tan agresivo y malvado como Godzilla, y parece que se adelante el infantil futuro de la serie en esa desafortunada secuencia en la que la tortuga salva al niñato (Argh) de caer del faro. ¿Por qué no lo deja caer vilmente y que reviente sus tripas contra el suelo? El asqueroso niñato, sin ser una molestia tan grande como lo serán en futuras secuelas, no deja de ser una contrariedad muy irritante, sobretodo cuando se sube a los vagones del tren de mercancías. ¿Por qué los encargados no lo dejan allí, y así Gamera lo atravesará con sus afilados dientes, llenandose de sangre y vísceras calentitas la boca? ¿No sería mejor? Al menos desaparecería ese enojoso estorbo. Otro detalle que no me gusta demasiado es esa sensación de «copia descarada de Godzilla» que impregna a todo el film, y que no te puedes quitar de la cabeza en ningún momento. Además, ese desarrollo idéntico al de El monstruo de tiempos remotos hace que todo sea un poco redundate y repetitivo. Si en algunas escenas los efectos visuales son excelentes, en otras dejan bastante que desear, por ejemplo cuando Gamera es atrapada en el cohete o cuando derriba el faro del que cuelga el niñato (Argh). Y para finalizar, creo que la peor escena es una de las que ya he comentado, ese momento penoso en el que el niñato (Argh) se esconde en un vagón del tren que se dirige hacia la tortuga. Qué patético.
Montajes alternativos, versiones extranjeras y curiosidades varias:
Cuando EMBET llegó a las manos de la distribuidora americana World Entertainment Corporation a finales de los 60, decidieron volver a las viejas costumbres de «americanizar» el producto, y los efectos de le guerra fría volvieron a quedar patentes en una kaiju eiga «modificada» (por decirlo de una manera leve). Tras rodar algunas escenas situadas en el pentágono con Albert Dekker y Brian Donlevy (sí, sí, el mismísimo Quatermass), se eliminaron varias secuencias originales y se cambió el título por el de Gammera, the invincible. Ahora Gamera tenía dos M. Como siempre, las nuevas escenas americanas eran totalmente innecesarias y transformaban literalmente el significado de la película. Por ejemplo, la idea de lanzar a la tortuga al espacio había salido de…¡los americanos! (Qué listos que son…) Y claro, si ellos eran los buenos, el avión siniestrado que provoca el despertar del monstruo era…¡RUSO! (Como siempre, los rusos tienen la culpa de todo). ¿No os da asco cuando hacen eso? Bueno, al menos será la primera y única vez que se «americanizará» un film de Gamera, puesto que EMBET fue la única película de la saga que se estrenó en los cines estadounidenses. Dejando aparte a los americanos, no deja de sorprender el asombroso parecido del título español de Daikaiju Gameracon el de Gojira (Japón bajo el terror del monstruo > El mundo bajo el terror). Si ambos films ya se parecen muchísimo de por sí, ese elemento añadido en nuestro país todavía añade más similitudes. Cambiando de tema, me pareció muy curioso que los títulos de crédito aparecieran tan tarde en la película (más de cinco minutos después del comienzo), y además fueran acompañados de planos de Gamera, ya que no es común revelar el aspecto del monstruo tan pronto. Otra cosa muy insólita es el subtitulado japonés que acompaña a las primeras escenas del film (cuando los intérpretes hablan en otros idiomas): en formato vertical y en los bordes laterales de la pantalla. Creo que es algo nuevo en estos films y si no se posee una copia en pantalla panorámica, el texto no se puede apreciar.
Por Rubén Ortiz (gamera77@hotmail.com)



















