Título americano: Godzilla X Megaguirus, G-Eradication Operation (Godzilla X Megaguirus, Operación de erradicación G) |
Título japonés: Gojira X Megaguirus, G-Shometsu Sakusen (Godzilla X Megaguirus, Operación de erradicación G) |
Año: 2000 |
Duración: 106 minutos |
Música: Michiru Ohshima |
Director: Masaaki Tezuka |
Productor: Shogo Tomiyama |
Guión: Hiroshi Kashiwabara, Wataru Mimura |
Intérpretes: Misato Tanaka, Shusuke Tanihara, Masato Ibu, Yuriko Hoshi, Toshiyuki Nagashima, Tsutomu Kitagawa, Minoru Watanabe |
Monstruos: Godzilla, Megaguirus, Meganuron, Meganura |
Argumento: En su búsqueda de alimento radioactivo, Godzilla ha destruido ciudades y plantas nucleares Japonesas a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Para detenerlo, se creó el Cuartel G-War, un centro de investigación apoyado por el equipo de combate G-Graspers. Su última arma, el Dimension Tide, tiene como objetivo encerrar a Godzilla en el interior de un Agujero Negro. |



Análisis:
No hace falta ser muy observador para darse cuenta de la influencia que ha tenido la nueva trilogía de Gamera de Daiei en las últimas producciones de Godzilla. Mientras Toho aun se apoyaba en maquetuchas de cartón piedra y monstruos que desafiaban la credibilidad de cualquiera en Godzilla versus Destoroyah, Shusuke Kaneko nos mostraba secuencias sobrecogedoras y efectos visuales espectaculares en su ópera prima Gamera, el guardián del universo. La grandeza de la saga de la tortuga gigante se afianzó con sus secuelas, mientras que la saga de Godzilla había entrado en un paréntesis indefinido que se terminó con la sorprendente Godzilla 2000 Millennium que, lejos de alcanzar la brillantez de las nuevas películas de Gamera, sí demostraba que al Gran G aun le quedaba vida para rato. El problema es que Daiei había subido demasiado el listón con esa obra maestra titulada Gamera 3, Revenge of Iris, así que Toho no pudo más que ponerse a remolque de lo que nos había mostrado la saga de la tortuga. Con Godzilla X Megaguirus, Toho vuelve a crear un universo alternativo para el Gran G (sí, separado incluso del de Godzilla 2000 Millennium) en el que solamente se tiene en cuenta Japón bajo el terror del monstruo para crear una continuación. En su intento de volver a conseguir una buena recaudación tras el desastroso resultado de Godzilla 2000 Millennium, se nos aleja de la seriedad de aquélla para meternos en algo más ligero, más light. Y esta vez nos crearon un universo de cómic, con héroes y heroínas enfundados en uniformes de colores chillones, armas gigantes de ciencia-ficción y naves voladoras. Si bien esta idea sería buena para crear una entretenida aventura de Godzilla, su ejecución solo resulta satisfactoria en la primera hora, que es un claro de ejemplo de cómo se tiene que realizar una película de Godzilla. Por desgracia, los últimos 30-40 minutos son un claro ejemplo de cómo NO se tiene que realizar una película de Godzilla, tanto en términos técnicos como artísticos. Como he dicho, la primera hora es una entretenidísima y espectacular aventura, llena de vibrantes secuencias de acción y brillantes efectos visuales (con sus altibajos, por supuesto), y resulta especialmente agradable si te la tomas como lo que es, un cómic. Desgraciadamente, el cómic se nos vuelve un cuento para niños tontos en la última parte, desconcertantemente descuidada, repleta de clichés, momentos ridículos y efectos visuales de amateur (sigo alucinando con la poca movilidad de las alas de Megaguirus). Al menos la estrategia de Toho funcionó, y el resultado de GxM fue mucho mejor que el de su anterior producción Godzillera, aunque no lo suficiente, lo que abrió camino a que la productora se atreviera con la esperadísima Godzilla, Mothra, King Ghidorah: Giant Monsters All-Out Attack. No hay mal que por bien no venga.
Lo mejor:
Qué bien se desarrolla la primera hora de película (bueno, excepto el ataque de los soldados a Godzilla en los primeros minutos), todo el ambiente de cómic y de aventura que envuelve al espectador, tan sólo interrumpido por la terrorífica y violenta primera aparición de Meganuron (aunque es decepcionante lo poco que se le ve). En serio, es como olvidarse del mundo exterior y meterse de lleno en una divertida sucesión de momentos vibrantes y espectaculares, lo dicho, un cómic. Y como en cualquier cómic, los personajes tan sólo se perfilan, no se detallan, y así, el único personaje más o menos bien explorado (recordemos que estos personajes no parecen tener vida privada aparte de su servicio en los G-Graspers) es el de la capitana Tsujimori Kiriko, sin duda la protagonista absoluta de la película. Es una sorpresa que la protagonista (y la sub-protagonista, no lo olvidemos) sea una mujer, y volvemos a ver la influencia de Kaneko aquí, siempre obsesionado con poner de protagonistas a mujeres. La doctora, interpretada por la veterana Yuriko Hoshi (protagonista de las clásicas Godzilla contra los monstruos y Ghidorah, el dragón de tres cabezas, de aspecto sorprendentemente jovial a pesar de los 40 años transcurridos desde aquéllas) es una bienvenida variación del cliché ‘inventor loco‘, en este caso nada de loco, sino una seria y brillante especialista en física creadora del Dimension Tide. Posiblemente el mejor personaje de la película. Por otro lado, Kiriko, muy bien interpretada por Misato Tanaka (aunque un poco inexpresiva), tiene dos secuencias «personales» con el niño que descubre el huevo de Megaguirus (poco repelente, por fortuna), pero son únicos momentos ‘íntimos’ que se le permiten al personaje, el resto de sus apariciones la meten en persecuciones, explosiones y acometidos varios, entre ellos uno de los mejores momentos de toda la película: su ‘escalada’ a la espalda del Gran G. Posiblemente el highlight de GxM (y quizá de toda la saga), la secuencia es técnicamente impecable y resulta sobrecogedora en un cine. Aunque desafía toda lógica (la radiación de Godzilla habría acabado con Kiriko en segundos), es uno de esos momentos estremecedores que te hacen olvidar la verosimilitud. El resto de efectos visuales de la película muestra decepcionantes altibajos desde la primera escena. Lo bueno es que cuando los efectos son buenos, lo son de verdad. El traje de Godzilla es el mismo de Godzilla 2000 Millennium, lo que es una alegría para algunos y un motivo de enfado para otros. En mi caso, el traje me parece bien proporcionado, muy musculoso, estable, con la mirada feroz del Godzilla deGodzilla contra los monstruos y con unas enormes espinas dorsales que aumentan su presencia. Los fallos que mostraba este disfraz en la anterior película han sido resueltos aquí, especialmente la ausencia de hombros en el Gran G. Por lo demás, el uso del ordenador es extensivo a lo largo de los 100 minutos, y tanto el Griffon con las libélulas Meganura (y las alas de Meganuron en algunos planos) están generados íntegramente por ordenador en casi todas las ocasiones, lo que aumenta su dinamismo. Ni voy a mencionar de nuevo al Meganuron, pues su aparición es fulminante, pero sí a las Meganura, increíblemente bien hechas, con movimientos muy naturales y sus enjambres, de lo más realista que he visto nunca en una película de Godzie. Y no olvidemos la estruendosa banda sonora de Michiru Ohshima (la primera mujer que compone para Godzilla), que para casi todo el mundo es una de las mejores de toda la saga, pero que a mí sólo me parece correcta aunque complemente muy adecuadamente las imágenes del film. Para terminar, mi escena preferida es la inundación de Shibuya y el ataque de las libélulas Meganura a Godzilla en la isla Tan.
Lo peor:
Ya desde la primera aparición de Megaguirus, con esas alas casi inmóviles y esa pasmosa inexpresividad, noté que comenzaban los problemas. Los últimos 40 minutos son un desafío a la credibilidad (y la paciencia) de cualquier seguidor. Megaguirus mueve las alas cuando le da la gana y su aparición no queda demasiado explicada, tenemos que deducir demasiadas cosas. Pero es cuando aparece Godzilla para enfrentarse al insecto que verdaderamente la cosa decae, tanto técnicamente como en el desarrollo. Si bien los efectos especiales pasan a convertirse en los irreales planos y maquetuchas que tanto vimos en la serie de Heisei, el verdadero problema lo tenemos en la ejecución de la batalla final. Aunque resulte difícil de creer, éste último combate es CÓMICO, no es en serio, es una gran broma en forma de batalla. Godzilla corre como un niño, agita la cabeza como un tonto, hace saltos imposibles y sus ataques parecen de idiota. Megaguirus se divierte con Godzilla e incluso llega a sonreír en un plano bastante siniestro. No te puedes creer ni un solo plano de la batalla final. Todo se desarrolla como en las desastrosas películas de Godzie de los años 70, cuando la vi en Sitges provocó carcajadas de todos los espectadores, y lo cierto es que no es para menos. Para mí, resultó doloroso ver cómo destruían la película en estos últimos minutos. ¡Pero esperad! Que lo peor aun está por venir. Por si eso no hubiese sido suficiente, a los protagonistas se les ocurre disparar el Dimension Tide utilizando como blanco el Griffon, que está siendo pilotado por Kiriko. La protagonista cuelga el ‘platoon‘ de su oficial superior en los mandos de la nave (una curiosidad, está interpretado por Toshiyuki Nagashima, de Gamera 2 yCrossfire), hace un saludo militar y estrella la nave sobre el lomo de Godzilla para servir de blanco al Dimension Tide, no antes por supuesto de saltar de la nave y caer en una piscina, qué coincidencia, vaya por Dios. ¿Intentaban con esto crear un glorioso final o algo así? ¡Pero qué pedazo de cliché patético! Desde luego es PENOSO, sin duda la peor escena de la película e incluso de toda la saga (ya veis que hay verdaderos extremos de calidad en el film), y recuerdo claramente un comentario de uno de los espectadores en Sitges cuando la escena llegaba a su fin: «Vaya fantasmada«. Y no puedo estar más de acuerdo.
Montajes alternativos, versiones extranjeras y curiosidades varias:
A fecha de hoy la película aun está pendiente de estreno en los Estados Unidos, y a estas alturas ya parece dudoso que llegue a suceder tal eventualidad. Al menos la compañía discográfica GNP Crescendo Records lanzó el CD con la banda sonora íntegra original, tal y como había hecho con la anterior Godzilla 2000 Millennium, dando la oportunidad a los fans americanos de ahorrarse la millonada que cuesta una importación desde Japón. Por supuesto, esperar un estreno español de la película es como esperar ver Star Trek: Deep Space Nine en un canal de televisión español, es sencillamente imposible. Al menos la película se proyectó en la sección Brigadoon del Festival de Cinema de Catalunya en Sitges en Octubre de 2001. Afortunadamente, pude asistir a la proyección, una grata experiencia que recodaré durante mucho tiempo, la primera vez que vi una película de Godzilla en una pantalla grande (no era una pantalla de cine, sino un proyector en una pantalla de unos 2×2 metros). La sala, en la que debían haber unos 200 asientos, se llenó por completo para mi sorpresa. Y aun más sorprendente me pareció la seriedad del público, que mantuvo la compostura en casi toda la película (la batalla final les venció, como es lógico) y, a excepción de un par de «garrulos» y una mujer que tenía a mi lado que le estuvo traduciendo en voz alta TODA la película a su hija / nieta, puedo decir que quedé muy satisfecho, casi estuve por decir un ‘gracias’ a los sufridos asistentes. El problema fue lo descuidados que fueron los que controlaban el proyector, que no era otra cosa que un reproductor de DVD multi-zona reproduciendo la edición china de la película editada por Universe Laser (la tengo, es una edición muy decente en zona 3). Los señores activaron los subtítulos en inglés, sí, pero no cambiaron el idioma del audio, y vimos TODA la película con el doblaje CHINO, ¡ouch! Aun recuerdo con mucho cariño aquella noche (porque la película terminó cerca de la 1 de la madrugada) y reconozco que estaba muy atento a los comentarios de los asistentes (parecía que era yo quien organizaba aquello…). En especial recuerdo un comentario justo al terminar la proyección que desde luego resume lo que yo también pensé cuando terminó la película: «Gamera es mucho mejor».
Los análisis de Rubén Ortiz fueron escritos en el período 1998-2001, cuando el autor contaba con 20 años aproximadamente y reflejan su opinión en aquel momento.
Por Rubén Ortiz (gamera77@hotmail.com)










