
Nos llega la triste noticia del fallecimiento del director Yoshimitsu Banno, director de la inimitable Godzilla contra Hedorah, la burbúja tóxica. Banno fue una figura clave en el mundo del kaiju eiga al dar a luz una de las películas del saurio más peculiares y controvertidas de la saga.
Queremos aprovechar para recordar el interés de Banno por realizar un filme diferente, implementando la preocupación por la contaminación dentro del propio filme, orientando la producción como un mensaje anti-polución para los adultos y tratando de desvincularse del tono infantil que había adquirido la saga a finales de los años sesenta.
Además, la película de Banno tiene otra otra peculiaridad. En las entregas precedentes por un lado un equipo se encargaba de rodar las escenas con efectos especiales (Tsuburaya normalmente) y por otro lado se rodaban las escenas con actores. Aquí, Banno se ocupó de rodar ambas secciones, siendo asistido por Teruyoshi Nakano para las tomas con maquetas y trucajes. Asimismo, Banno implementó esos elementos visuales tan característicos como la pantalla partida o los fragmentos animados. También fue idea de Banno el proyectar manchas de tinta en la pantalla del establecimiento donde tiene lugar una secuencia del filme, para incrementar el nivel de psicodelia del film.
Tras su estreno, el interés de Banno realizar una secuela protagonizada por Hedorah no conoció límites. Escribió una secuela que nunca vio la luz, centrada más en en este villano de la polucón, la cual se encontraba destruyendo todos los bosques, debiéndose enfrentar a Midora, un monstruo como forma de alga que los protege. Y cuando Banno se enteró de que, debido al rotundo fracaso de Godzilla Final Wars, Toho no iba a producir más películas de Godzilla, hizo un movimiento que con el paso del tiempo pasó a la historia. Se encontraba trabajando en ese momento con el formato IMAX, desarrollando cámaras y sistemas, realizando cortos para parques temáticos, y pensó que un mediometraje protagonizado por Godzilla y Hedorah, en formato 3-D, sería un auténtico éxito. De esta forma, se hizo con los derechos de los dos monstruos y comenzó un largo proceso de búsqueda de inversores. Poco a poco, el proyecto fue creciendo en importancia, y llegó a Hollywood. Su última fase fue contactar con Thomas Tull y Legendary Pictures, quienes le dijeron a Banno que estaban interesados en realizar una película del saurio nipón, pero de larga duración. Banno entonces devolvió los derechos a Toho, para que a su vez pudiesen ser revendidos a los americanos con la nueva condición de largometraje.
De esta forma, gracias a Banno y después de un periplo que le llevó diez años, el Godzilla de Gareth Edwards llegó a las pantallas en 2014. Figuraba en esa película un tal Yoshimitsu Banno como productor ejecutivo. Así que hemos de decir que una gran parte de responsabilidad de que estemos gozando en estos tiempos de un resurgir del cine monstruoso por todo lo alto, se lo debemos a Banno.
Descanse en paz.